Muchos de nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo atrapados en los remordimientos del pasado o en la ansiedad que nos genera un futuro que no podemos controlar. El libro “El Poder del Ahora” nos enseña a vivir en el momento presente como una forma para evitar el sufrimiento que experimentamos.
Así que, si quieres alcanzar la paz interior, calmar cualquier dolor físico o emocional que estés experimentando o simplemente estás insatisfecho(a) con tu existencia, el libro “El Poder del Ahora” (The Power of Now) definitivamente te será de gran utilidad.
Seguramente ya habías escuchado el término mindfulness, mismo que nos invita a estar conscientes del momento presente. Pero déjame decirte que este libro en particular lo aborda de una forma mucho más clara y detallada, fungiendo como una guía práctica para llevar este liberador concepto a la vida cotidiana.
Este bestseller es obra de uno de los autores espirituales más populares de la actualidad, Eckhart Tolle quien, a través de este libro, nos ofrece un método efectivo para vivir plenamente en el presente y separarnos de nuestro ego –esa parte de la mente que busca tener el control sobre nuestros pensamientos y conducta.
“El Poder del Ahora” ha ayudado a millones de personas a mejorar sus vidas, crear relaciones más sólidas con otros e incrementar su autoestima, y estoy segura que también te servirá a ti. Así que, sin más preámbulos, te voy a compartir las 9 ideas principales de este libro.
Ideas principales del libro “El Poder del Ahora”
1. Al enfocarte solo en el presente –e ignorar el pasado y el futuro– puedes mejorar significativamente tu vida.
Muchos de nosotros queremos encontrar la paz interior y mejorar nuestras vidas, pero no sabemos cómo lograrlo. Tendemos a vivir arrepintiéndonos del pasado (el famoso “hubiera”) o preocupándonos por lo que está por venir en el futuro. ¿Y que pasa en el inter? Que nos negamos a vivir el único momento que está 100% disponible ante nosotros: el presente: El Ahora.
El presente es lo único que importa. ¿Sabes por qué? Porque nada ocurre en el pasado ni en el futuro. Las cosas solamente pasan en este continuo flujo de momentos presentes.
Según Tolle, aquello que llamamos “pasado” no es más que una colección de momentos presentes que ya se han ido. De igual forma, “el futuro”, está conformado por momentos presentes que aún no han llegado.
Así que no ganamos nada con preocuparnos sobre el futuro o lidiar con nuestro pasado, pero sí hay muchas ventajas al vivir en el ahora. Si logramos esto, no experimentaremos mayores problemas, sólo algunos pequeños que se podrán ir resolviendo conforme vayan surgiendo.
Por ejemplo, una tarea difícil, como lo sería escribir un ensayo científico, suele parecer muy larga y complicada de lograr. Pero si estás ansioso(a) sobre lo que te falta, o te arrepientes de no haberlo empezado antes, no llegarás a ningún lado… Pero si en cambio, primero resuelves un pequeño problema, luego otro, y así sucesivamente, lo terminarás más fácil. Siguiendo este mismo ejemplo, empezarías primero investigando sobre el tema, luego obtendrías la información más importante, después desarrollarías la estructura, escribirías el primer capítulo y así, poco a poco, terminarás teniendo el ensayo completo.
Así que trata de vivir en el presente y verás cómo tu vida mejorará drásticamente.
2. Una parte de ti necesita el dolor para sobrevivir, y esta parte crea la mayor parte del sufrimiento que experimentas.
Supongamos que ya sabes vivir en el presente y no te preocupas por el pasado o el futuro. ¿Qué pasa entonces cuando de pronto experimentas dolor o sufrimiento?
Si el dolor se siente en el momento presente, ¿cómo puedes lidiar con ambos tipos de dolor: físico y emocional?
De acuerdo con el autor de este libro, el dolor físico o emocional no es más que una resistencia creada por nosotros mismos ante las cosas externas que no podemos cambiar.
Experimentamos dolor cuando estamos insatisfechos con el rumbo que llevan las cosas. Esto se manifiesta, a nivel emocional, como un sentimiento negativo.
Otro aspecto del dolor que nosotros mismos creamos es el dolor del cuerpo –una parte de nosotros mismos que necesita que sintamos dolor para que pueda sobrevivir.
Como este dolor está compuesto de puras experiencias dolorosas, crece y se fortaleza cada vez que experimentamos dolor. Por lo tanto, nos haces sentir trises y miserables, creando un círculo vicioso en el cual el dolor se termina convirtiendo en una parte esencial de nosotros mismos y de nuestra identidad, haciéndonos creer que, si lo dejamos ir, nuestra identidad correría riesgo.
Un ejemplo de esto sería cuando alguien te molesta o te saca de tus casillas y sientes que te estás enojando –justo ahí es cuando tu sufrimiento comienza a tomar el control. Entonces el enojo nubla tu habilidad para pensar y actuar racionalmente, lo que conlleva sucesivamente más dolor y sufrimiento.
Y aunque pareciera que todo el dolor viniera del mundo exterior, lo curioso es que la mayor parte del mismo es creado por nosotros mismos. Pero descuida, la buena noticia es que podemos hacer algo al respecto, tal como veremos en los siguientes puntos.
3. El “ego” es la parte de tu mente que te impide ser feliz
¿Te has preguntado por qué algunas personas se autosabotean?
¿Por qué si nadie quiere ser miserable, hay tantas personas que son infelices?
El culpable de lo anterior es el ego, esa parte de nuestra mente que controla nuestros pensamientos y conductas sin que nos demos cuenta, robándonos la felicidad.
Como el ego no puede ser fácilmente observado, la mayoría de la gente no sabe hasta qué punto puede llegar a controlar sus vidas. Por ejemplo, si estás reflexionando sobre una pelea que tuviste con alguien, te darás cuenta (y quizá te arrepientas) de que sobreactuaste o exageraste. Pero mientras discutías con esa persona, no estabas consciente de que hubiera algo influenciando o controlando tu pensamiento y conducta, ¿cierto?
El ego se alimenta de nuestra miseria para poder existir continuamente, por lo que obstruye nuestra felicidad en cada movimiento, actuando en contra de nuestros mejores intereses.
La existencia de esta parte destructiva en nuestra mente que nos produce miseria explica el porqué tanta gente sufre, a pesar de que nadie quiere vivir una vida infeliz. Por ejemplo, algunas personas intencionalmente sabotean su propia felicidad al decidir permanecer en relaciones tóxicas o destructivas.
Así que va quedando claro que el ego te lleva a situaciones de conflicto con otros y te hace infeliz con tu situación actual para que pueda ganar el control sobre tu conducta y pensamientos. Cuando te caches de repente enojándote o sobreactuando ante trivialidades como quién va a limpiar la cocina o si un programa de televisión es bueno o malo, lo más seguro es que esté trabajando tu ego…
El ego es una parte destructiva de la mente humana. Quiere convertirse en la parte más importante de nosotros mismos y no conoce límites, así que, si le dejamos ganar el control sobre nosotros, nos traerá mucho sufrimiento.
4. Si quieres una vida más rica y casi sin dolor, sepárate de tu mente y enfócate en tu cuerpo.
El poder del ego es una de las muchas razones por las que es importante aprender a separarnos de nuestra mente y prestar mayor atención a nuestro cuerpo.
¿Pero por qué es importante enfocarnos en el cuerpo en lugar de la mente? Pues porque la mente es, precisamente, la responsable del dolor y del sufrimiento.
Tu mente te produce dolor al llenarte de recuerdos de los que te arrepientes o de escenarios futuros que te generan incertidumbre. Y al hacerlo, evita que vivas en el presente. El resultado es que, como no puedes alterar el pasado ni el futuro, te estás preocupando contrastantemente por cosas que no puedes cambiar. Y eso, evidentemente, causa dolor.
Habiendo dicho esto, necesitamos encontrar una manera de disminuir el poder de nuestra mente y de reducir el control que tiene sobre nosotros. ¿Cómo lo haremos? Cambiando nuestro enfoque de la mente al cuerpo.
Tu cuerpo sabe lo que es mejor para ti. Al escuchar a tu cuerpo, puedes tener un claro sentido sobre lo que es importante en tu vida.
Jesús hablaba muy seguido de la importancia del cuerpo mencionándola en algunos proverbios y alegorías, como la de “Tu cuerpo es un templo”. Las historias de su resurrección y asunción al cielo siempre hicieron énfasis en que su cuerpo no se quedó en la tumba, y que ascendió al cielo con todo y su cuerpo –y no sólo con mente y alma.
“Nadie ha encontrado la iluminación mientras se concentraba en la mente e ignoraba su cuerpo.”
5. Observar la mente sin juzgarla es la mejor forma de separarte de ella y, por ende, liberarte del sufrimiento
Después de que te das cuenta de que tu propia mente te puede estar provocando dolor, evitando que vivas plenamente en el presente, es momento de separarte de la misma.
¿Cómo hacerlo? Para separarte de tu mente, tienes que primero volverte consciente de ella y del poder que tiene sobre ti. De lo contrario, nunca entenderás las pequeñas y sutiles maneras en las que influencia tu pensamiento, tu conducta y, por lo tanto, tu felicidad.
Por ejemplo: si quieres observar tu mente, pregúntate: “¿Cuál será mi siguiente pensamiento?” Si te enfocas plenamente en esa pregunta verás que te tomará cierto tiempo antes de que el siguiente pensamiento claro llegue a tu mente. Así que, a través de la observación lograrás crear un gap en este flujo de pensamientos.
Si haces esto con frecuencia te comenzarás a dar cuenta como normalmente estás ocupado(a) por el continuo flujo de pensamientos de la mente. Y habrás encontrado la herramienta primaria para interrumpirla y separarte de la misma.
El segundo método disponible consiste en observar tu mente sin juzgarla. ¿Por qué? Porque el simple acto de juzgar ya es un acto propio de la mente, así que al juzgar algo, estás volviendo a utilizar tu mente –y la idea como lo hemos comentado, es separarnos completamente de la misma.
Por ejemplo, si cuando estás trabajando sientes la necesidad de correr, hazle caso a este impulso de tu cuerpo. Tu cuerpo sabe lo que es bueno para él, así que sal allá afuera y corre.
Sé lo que estás pensando: no tardará ni un minuto en que aparezca esa pequeña y persistente vocecita dentro de tu cabeza que te dice: “¡Ahora mismo deberías estar trabajando y no corriendo o perdiendo el tiempo!” Pero no juzgues esta voz como buena o mala, y ni siquiera intentes seguir ese consejo. Sólo sonríe ante ello, y acepta que pues, existe… Al hacer esto, aprenderás a ser consciente de tu mente sin tener que seguirla hacia donde quiera llevarte.
6. Trata de existir en un estado de alerta permanente
Mientras te haces mejor en esta práctica de separarte a ti mismo(a) de tu mente, puedes tratar de adoptar otra técnica que es la espera activa.
Es una clase especial de estado de espera, como cuando estás consciente de que algo importante o serio pudiera ocurrir en cualquier momento. En este estado de espera, toda tu atención está enfocada en el ahora.
Cuando entras es un estado de espera activa, no hay tiempo para soñar despierto, planear ni recordar cosas –lo cual usualmente es lo que nos distrae del presente. Por ejemplo, al tomar un examen no deberías perder nada de tiempo preocupándote por los resultados que obtendrás, más bien, se trata de permanecer muy presente y prestar plena atención a lo que está ante ti. Entrar en un estado de espera activa poco antes del examen y durante el mismo te puede ayudar a te vaya bien.
Mientras estamos en este estado de espera activa, también le prestamos atención a nuestro cuerpo porque tiene que estar preparado para que cualquier cosa suceda.
Algo curioso que los maestros Zen solían hacer era acercarse sigilosamente a sus alumnos, quienes tenían sus ojos cerrados, y después trataban de pegarles mientras se encontraban en ese estado de espera. La espera forzó a estos estudiantes a concentrarse plenamente en su cuerpo y, por lo tanto, fueron capaces de sentir cómo se iban aproximando sus maestros y así poder evadir su “ataque”. Interesante, ¿no?
Muchos maestros espirituales recomiendan el estado de espera a sus alumnos porque creen que se traducirá en una buena vida. Por ejemplo, cuando los discípulos de Jesús le preguntaron qué debían hacer para vivir una vida buena y pacífica, él les aconsejó: “Sean como un sirviente esperando el regreso de su amo”. Como el sirviente no sabe a qué hora llegará su amo, está en un estado permanente de alerta de todo aquello que lo rodea para asegurarse que no se pierda el momento en que regrese su amo.
7. Vivir en el presente puede ser difícil para tu pareja, pero te puede ayudar a mejorar tu relación.
Tras seguir los pasos anteriores, ahora serás capaz de vivir en el presente y ya no serás completamente dependiente de tu mente.
¿Pero de qué forma eso va a cambiar ciertos aspectos de tu vida cotidiana, como tus relaciones?
Es sumamente difícil para una persona “normal” compartir su vida con alguien que vive plenamente en el presente. ¿Por qué? Porque el ego de la persona no-presente alimenta problemas; mientras que la persona que está en el presente, calmada y en paz, es experimentada como una amenaza. El ego de la persona no-presente reaccionará creando más problemas –por ejemplo: insultando a otros, debatiendo asuntos triviales con tal de romper la paz, o continuamente refiriéndose a incidentes del pasado para intentar sacar a la otra persona del presente.
¿Pero por qué harían eso? Será más fácil explicarlo con una analogía: así como la obscuridad no puede sobrevivir cerca de la luz, es difícil para una persona que sigue controlada por el ego estar cerca de una persona viviendo en el presente por mucho tiempo. Los extremos opuestos no pueden coexistir dentro de una proximidad cercana. Si colocas una vela en la obscuridad, la obscuridad desaparece o si pones agua en fuego, la flama se extinguirá.
Pero si lo haces correctamente, vivir en el presente también puede mejorar enormemente tu relación porque vas a ser capaz de dejar de juzgar, de criticar o de tratar de cambiar a tu pareja, y en lugar de eso, verlo a él o a ella como una persona independiente. Así que la paz mental que te trae estar presente, te permitirá escuchar a tu pareja sin juzgarla.
Así que de forma resumida, vivir en el presente te ofrecerá una gran oportunidad para lograr un cambio positivo en ti, en tu pareja y en tu relación.
8. No todo el dolor se puede evitar: vivir en el presente no significa ignorar sentimientos tristes o dolorosos.
Aunque vivas plenamente en el presente, algunos sentimientos de tristeza y dolor serán inevitables…
¿Pero qué deberías hacer con ellos? Sólo suprímelos y pretende que todo está bien… Sé lo que estás pensando: “Eso no es nada realista…”. Y tienes razón.
Aunque lo cierto es que casi siempre el dolor es creado por nosotros mismos, eso no significa que nosotros creemos TODO el dolor o sufrimiento que sentimos.
Un buen ejemplo del dolor inevitable es el que te transmiten las demás personas que siguen controladas por su mente destructiva, o también, la muerte de un ser querido. Como no puedes hacer que todos los que te rodean lleguen a este estado de iluminación ni tampoco puedes poner un alto a la muerte, este tipo de dolor es claramente inevitable.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto?
Cuando experimentas algo traumático, que te cause un dolor real, puedes solamente aceptarlo por lo que es. Por ejemplo, si un ser querido fallece, por supuesto que llorarás y sentirás tristeza. Pero si puedes aceptar esto como algo que simplemente es y no puede ser cambiado, entonces evitarás bastante sufrimiento innecesario.
Estar tristes es un sentimiento natural, no deberías sentirte culpable o avergonzado al respecto. Las cosas son lo que son. Aceptar esto, significa que no perderás tu valioso tiempo deseando que las cosas fueran de otra forma.
Al estar presente, serás capaz de evitar la mayor parte del dolor de tu vida, pero no todo. Además, vivir en el presente no significa ignorar o suprimir el dolor físico o emocional. En vez de eso, te brinda la fortaleza interna para aceptar dicha dificultad y los hechos dolorosos de tu vida.
9. Vivir en el presente no significa vivir una vida pasiva
¿Aceptar el presente automáticamente te lleva a una forma pasiva de vivir en la que no estás consciente ni buscando cambiar las cosas que te causan problemas?
No necesariamente.
Vivir en el presente es un proceso interno de sentir y descubrir, y no te empuja a desarrollar una conducta externa pasiva. Por ejemplo, si estás atrapado en un pozo lleno de lodo, no te dices a ti mismo(a) que siempre quisiste estar atrapado en el lodo. En lugar de esto, puedes tratar, sin entrar en pánico, de liberarte poco a poco del mismo.
Vivir en el presente te puede hasta dar nuevos recursos y nuevas maneras de resolver los problemas. También es cierto que vivir en el ahora te puede brindar nuevas formas de fortaleza y determinación porque, de hecho, al vivir en el presente no ves problemas –solo situaciones individuales y manejables que puedes resolver, una por una. ¡Esto lo hace mucho más efectivo!
Así que vivir y aceptar el presente no quiere decir que estés decidiendo tener una vida pasiva o que has elegido no intentar cambiar tu vida para bien. Más bien, al enfocarte en el presente –y dejar el pasado y el futuro en sus respectivos sitios– serás capaz de ver claramente cualquier cosa que esté mal en determinado momento y tendrás la fortaleza para hacer un cambio positivo.
En conclusión, el mensaje focal de este libro es: ¡No enfocarnos en el pasado o en el futuro! Vivir en el presente y tratar de separarnos de nuestra mente que constantemente nos está arrojando diversos pensamientos. Llevar a cabo este método reducirá nuestro sufrimiento y mejorará nuestra vida.
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