El libro “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) es un clásico de clásicos que nunca pasará de moda… Más que una tierna y entretenida historia, es una moraleja que nos enseña a no olvidar lo que realmente vale la pena cuando entramos a la adultez: esa etapa que le parecía tan extraña al Principito.
A través de su narrativa y de sus diálogos hace una crítica implícita sobre cómo los adultos han ido perdiendo la imaginación, la creatividad, y la espontaneidad obligándose a vivir bajo los límites de la lógica y la razón.
Personalmente, fue como una sacudida que me hizo darme cuenta de cómo silenciamos y olvidamos toda la magia, bondad y pureza que había en nuestro niño interior. Como dejamos ir poco a poco esa época cuando nos maravillábamos ante todo y cuando teníamos un interés genuino y desinteresado por los demás.
Es increíble como el autor hace notar de forma incluso simpática las ironías de la adultez y lo absurdo que rodea nuestra forma de operar. Realmente te hace cuestionar la manera en que pensamos y actuamos los. Algunos temas que aborda el libro son la vanidad, la riqueza sin sentido, el autoconocimiento, entre otros.
Podría decirse que el tema central que se aborda en esta obra es la forma en la que nos hemos volcado hacia lo superficial en vez de ponerle más énfasis a lo que realmente importa.
“No se ve bien si no es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.” –El Principito
Mientras se va desenvolviendo la trama, un protagonista aprende cosas valiosas del otro y viceversa, de tal forma que, aunque son de diferentes mundos, ambos conectan a través de su amistad que trasciende las estrellas.
En verdad recomiendo muchísimo esta novela corta a niños, jóvenes y adultos que deseen despertar su imaginación, entrar en contacto con su niño interior y aprender lecciones valiosas que siguen vigentes hasta nuestros días. Esta versión del libro está super bonita.
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