La Habana es mucho más que la ciudad más grande y poblada de este país. Mucho más que café, tabaco y ron. Es el corazón de una nación difícil de entender, pero fácil de amar.
“Disfruta mi país y no trates de entenderlo” fue la respuesta que me dio un guía turístico cuando le hice una pregunta que seguro él consideró algo controversial.
A pesar de las contradicciones que aquejan a este país, la isla es un lugar muy diferente a cualquier otro que haya en el mundo. Y esta es una, de las muchas razones, por las que visitar Cuba debe estar en tu agenda.
Es como si se tratara de un príncipe vestido con un atuendo de pobre: detrás de esa desgastada apariencia, yacen polvos de oro. El lugar perfecto para desconectarte de tu realidad actual y adentrarte en una montaña rusa de la cual no querrás bajar.
Porque sí, todo puede pasar en la Habana. Así que mi mejor consejo es que te dejes seducir lentamente por los encantos que tiene para ti.
Su gente
Las personas que habitan la Habana tienen como un sello característico. La mayoría son cálidos, sociales y hospitalarios. Estarán dispuestos a ayudarte y harás buenos amigos, pero recuerda que el interés tiene pies y a veces estarán esperando algo a cambio.
¡Persuasivos y negociadores por excelencia! Es gente extremadamente creativa e ingeniosa, cualidades que afloran de su espíritu de supervivencia.
Son extremadamente cultos y tienen un sentido del humor muy peculiar.
Aunque te voy a ser franca. Si eres una persona sensible como yo, podrás sentir un poco de tristeza e impotencia ante realidades algo crueles como niños en la calle pidiendo dinero a extranjeros y algunos lugares que no son más que el vivo reflejo de las carencias que enfrentan los habitantes de la isla. Podrás notar cierto aire de resignación, desesperanza e impotencia en la mirada de algunos cubanos.
Pero fuera de eso, te aconsejo que vivas la experiencia en la Habana en todo su esplendor. Y esto implica convivir con su gente, platicar con ellos, reírte con ellos, y claro, ¡bailar con ellos!
Créeme. Se encargarán de que regreses con más de una historia que contar y muchas experiencias que recordar
No todo es gris…
“Pero no todo es gris, güera”, enfatizó el conductor cubano del cocotaxi, quien después de esta afirmación, me contó algunas de las cosas que más valoraba de su país: “La educación y la salud, además de ser de gran calidad, son gratuitas. Y aquí no existe eso de la inseguridad…”
¡Y estaba en lo cierto! Cuba tiene una tasa de alfabetización del 99.8% y ocupa el primer lugar entre los países de América Latina y el Caribe en el informe Educación para todos realizado por la Unesco.
En cuanto a la salud, todos los ciudadanos cubanos residentes tienen derecho a recibir asistencia gratuita en todas las instituciones de salud. Esto incluye, no sólo la consulta, sino el tratamiento completo, la hospitalización y las operaciones requeridas.
De acuerdo a la UNICEF, Cuba es el único país de Latinoamérica que ha logrado erradicar la desnutrición infantil y su tasa de mortalidad infantil es la más baja de toda América Latina y el Caribe. Además, su esperanza de vida, está en los 79.24 años.
La seguridad es otro estandarte del que pueden presumir. No hay violencia a mano armada ni secuestros. Es seguro caminar por las calles sin importar la hora.
Entonces, ¿están contentos los cubanos con su situación actual?
Esta es la pregunta del millón. Pero como todo país, tiene sus cosas buenas, y sus cosas no tan buenas…
Cuadros de magia
Si hay un tipo de arte al que no le falta color y originalidad es el arte cubano. El Museo Nacional de Bellas Artes – Arte Cubano es prueba de ello y un lugar al que sin duda debes llevar toda tu imaginación y sentidos.
Música para tus oídos
Sangre no es lo único que corre por las venas de los cubanos, ¡música también! Hogar de la Salsa y del singular Son que lleva su nombre, Cuba es uno de los países con mayor diversidad musical del planeta.
Si ya has escuchado a un grupo cubano en vivo, te darás cuenta que cantar es visto como otra forma de comunicación verbal donde se brinda suficiente espacio para que aflore la espontaneidad e improvisación que caracteriza la letra de sus canciones.
Es verdaderamente impresionante la musicalidad que hay dentro de cada cubano. Entregan todo su ser y pasión en cada interpretación; y esto es lo que hace que su música no tenga punto de comparación.
Sus ritmos pondrán a bailar tu cuerpo sin siquiera pedirte permiso. Es algo que no se puede evitar, sólo disfrutar. Por eso verás que en más de un restaurante hay turistas bailando al compás del son cubano.
Si das un paseo por la Habana Vieja y Centro Habana verás que casi en cada esquina habrá una conga, una guitarra y unas marcas acompañando a las voces que encarnan su riqueza musical.
Si quieres escuchar la auténtica música cubana te recomiendo que vayas a ver la agrupación Buena Vista Social Club que se presenta a las 9:45 pm en el Museo del Ron Havana Club. Disfrutarás del show mientras cenas alguno de los platillos típicos de la región acompañado de la bebida de tu elección, ya sea un mojito, una cubita o un daiquirí. Te recomiendo pasar a comprar los boletos temprano porque se acaban rápido.
Otro lugar obligado para bailar y disfrutar el auténtico sazón de la isla es la legendaria Casa de la Música donde tocan en vivo algunos de los grupos más prestigiosos de la Habana, como Los Van Van y Bamboleo.
Transpórtate al pasado
Un tour por la Habana en uno de sus antiguos autos característicos de los años 50’s y 60’s es un must.
Actualmente, éstos funcionan como taxis e incluso puedes acordar un recorrido de 3 a 4 horas en el cual te lleven a visitar los principales puntos turísticos de la ciudad.
Pero estos hermosos autos clásicos, mejor conocidos como almendrones, no son la única opción de transporte para los turistas. También están los cocotaxis y las bicitaxis (que aparte son mucho más económicos); dos vehículos únicos en su tipo que escenifican el ingenio cubano del que te hablaba anteriormente.
Otra opción, aún más económica, son las “guaguas”, que básicamente son autobuses urbanos. Solo que, si vas a tomar una de estas, guarda muy bien tus pertenencias en lugares que no sean de fácil acceso (como la bolsa trasera del pantalón), pues suelen llenarse bastante rápido y he escuchado anécdotas en las que los turistas bajan sin su celular o cartera sin saber en qué momento pasó.
Finalmente, la mejor opción si deseas visitar otros destinos turísticos de Cuba, además de la Habana, son los autobuses Víazul, mismos que recorren las principales ciudades del país a un costo bastante conveniente. Yo por ejemplo, viaje de la Habana hasta Varadero –una de las playas más bonitas de Cuba– por tan sólo $20 USD (incluyendo ida y regreso).
Comer y beber
Dos actividades que alegrarán tu viaje. La segunda será todo un placer, pues los mojitos y los daiquirís (hecho a base de ron 100% cubano) se encargarán de deleitar tu paladar, refrescarte del calor, y asegurar que la pases (bastante) bien.
“Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita.”
– Ernest Hemingway
Esta frase del escritor Ernest Hemingway está llena de razón. Por más que visitar ambos bares sea más bien un cliché de turistas, hacer escala en los mismos es de ley.
Aunque la realidad es que casi en cualquier otro lado estas bebidas saben mejor y son más baratas que en estos lugares.
El ron Havana Club no es la única bebida que merece la pena traer de vuelta a tu país, el café también es lo suficientemente bueno como para querer regresar a la Habana sólo para beber un poquito más, así que te sugiero comprar bolsitas de café marca Cubita, Zerrano o del Escorial (un café ubicado en la Plaza Vieja).
Y si quieres probar un platillo típico de Cuba, te recomiendo ir al restaurante El Asturianito (ubicado frente al Capitolio) y pedir “Ropa Vieja” acompañada de arroz “Moros y Cristianos”. Por cierto, los daiquirís triples frappé que preparan en este lugar son particularmente buenos.
Biodiversidad que enamora
La viveza de sus colores tropicales te deslumbrará. No cabe duda que la naturaleza, definitivamente, sonríe en Cuba.
Si quieres una probadita de sus paisajes naturales visita el Bosque de La Habana: una exótica selva en medio de la ciudad.
Podrás tomarte un par de fotos que tengan como fondo su densa vegetación tropical. ¡Fue uno de mis lugares favoritos en la Habana! Y si a ti también te gusta la naturaleza, estoy segura que te enloquecerá.
Como dato curioso, Cuba tiene el ave (colibrí zunzuncito) y el anfibio (ranita Monte Iberia) más pequeños del mundo.
¿Qué lugares visitar en la Habana, Cuba?
¡Uy! Pues hay bastantes. Incluso, puedes llegar a sentirte algo abrumad@ o no saber ni por dónde empezar. Pero descuida, en los siguientes párrafos te voy a proponer los que más valen la pena en caso de que sólo estés en la Habana de uno a tres días.
La Habana se divide en 3 áreas o zonas principales:
- Habana Vieja
- Centro Habana
- Vedado
Mi recomendación es que primero recorras los puntos turísticos de la Habana Vieja, después los de la Habana Centro, y finalmente, los de Vedado.
Iré abordando los atractivos turísticos más icónicos de la Habana por cada una de estas zonas y siguiendo su orden de aparición en el mapa (para que puedas tomarlo como referencia y caminar fácilmente de un lugar a otro).
La Habana Vieja
Una especie de Roma Latinoamericana donde el pasado puede ser descifrado en capas.
Este encanto latinoamericano está repleto de joyas arquitectónicas de cada era. La Habana Vieja tiene miles de edificios de importancia histórica, con un cúmulo de estilos arquitectónicos como barroco, neoclásico y hasta el deslumbrante art deco.
No te quedará otra opción más que enamorarte de sus calles, monumentos, edificios, museos, fuertes, teatros… ¡y de todo el resplandor que guarda dentro de sí!
En la Habana Vieja hay 4 plazas principales que alojan casi todos los sitios a visitar:
- Plaza de la Catedral
- Plaza de las Armas
- Plaza de San Francisco de Asís
- Plaza Vieja
Plaza de la Catedral
Todo lo que verás en esta plaza data de los años 1700s. Y, como su nombre lo indica, en esta plaza se encuentra la Catedral de La Habana, misma que se comenzó a construir en 1748 por los jesuitas y fue consagrada a la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En 1982 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sus dos torres desiguales le impregnan este carácter asimétrico y atípico que la hace atractiva, y a la vez, misteriosa. El ganador del premio Cervantes en 1977, Alejo Carpentier, describió la catedral como “Música hecha piedra”.
Te encontrarás con diversos personajes interesantes dentro de esta plaza. Yo estaba tomando una foto a la catedral cuando de pronto pasó un desfile de hombres y mujeres bailando ritmos cubanos sobre zancos. Casual, ¿no?
Como dato curioso, los restos de Cristóbal Colón fueron traídos aquí desde Santo Domingo en el año 1795 y estuvieron ahí hasta 1898 cuando fueron trasladados a la Catedral de Sevilla en España.
Aunque su fachada sea barroca, no te vayas con la finta de que su interior también lo es… Pues, aunque originalmente sí lo fue, a principios del siglo XIX se realizó un proyecto de renovación y se redecoró con un estilo mucho más clásico y sobrio, pero no por eso menos bonito. Lo que más me gustó fue encontrarme con la imagen de nuestra Virgencita de Guadalupe (sí, soy mexicana).
La catedral es el principal atractivo de esta plaza, pero también encontrarás otros sitios donde florece el espíritu artístico de la isla:
- Centro de Arte Contemporáneo
- Taller Experimental de Gráfica
- Casa de Lombillo
- Casa del Marqués de Arcos. Ésta data de 1746 y antiguamente fue una mansión que se convirtió en oficina postal de correo a mediados del siglo XIX y hoy es un Museo y Galería de Exposición en restauración.
- Museo de Arte Colonial
También hay algunos restaurantes donde puedes sentarte a disfrutar del panorama.
Plaza de las Armas
De las 4 plazas principales de la Habana Vieja, esta es la más antigua, pues fue trazada en torno a 1520.
¿Por qué le llaman “Plaza de las Armas”?
Porque a finales del siglo XVI el gobernador colonial que vivía en un castillo conocido como el Castillo de la Real Fuerza –que está dentro de esta misma plaza– usaba el sitio para llevar a cabo ejercicios militares.
El Castillo de la Real Fuerza, también listado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, es el fuerte más antiguo de la isla y la primera estructura defensiva europea construida en América. Fue construido entre 1558 y 1577.
¿Te imaginas estar en un castillo de más de 400 años de antigüedad? ¡Es realmente imponente!
Dentro de este castillo está el Museo de Navegación, mismo que cubre la historia de este fuerte y de la construcción naval en Cuba. ¡Tienen una colección de modelos de barcos impresionante!
Además del Castillo de la Real Fuerza, otros destinos que puedes visitar dentro de esta plaza son:
- Museo de la Ciudad, que está en el Palacio de los Capitanes Generales.
El Palacio de los Capitanes Generales data de 1770 y es un ejemplo perfecto de la arquitectura barroca cubana.
De 1791 a 1898 este palacio fue la residencia de los capitanes generales españoles. Después, de 1899 a 1902, se alojaron los gobernadores militares estadounidenses, y durante las primeras dos décadas del siglo XX, el edificio se convirtió en palacio presidencial.
Hoy este opulento palacio es un museo que puedes visitar para explorar los muebles de dicha época, uniformes militares, carrocerías del siglo XIX, fotografías antiguas, entre otros artefactos históricos que sólo habías podido ver en las películas que remiten a siglos pasados.
Como dato curioso, en este lugar hay un trono dedicado específicamente al monarca español, pero no ha sido utilizado por ningún Rey de España hasta la fecha.
- Palacio del Segundo Cabo
Esta hermosa construcción barroca fue levantada en 1772. Fue conocida también como el Palacio de la Intendencia y como la Real Casa de Correos. Actualmente, es un museo dedicado a las relaciones culturales entre Cuba y Europa.
Su restauración ha sido una obra notable realizada con fondos de la Unión Europea y con la intervención directa de la UNESCO.
Es un museo bastante original, pues utiliza los medios más modernos de tecnología virtual, para transportarte al pasado y mostrarte los fenómenos culturales, historia, literatura y arte emblemático del legado compartido entre el mundo europeo y la isla.
- Museo El Templete
El Templete fue la primera obra civil de estilo neoclásico edificada en la Habana.
De sencilla y elegante fachada, este pequeño monumento dórico se construyó en el lugar donde cuenta la tradición que se había celebrado la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de la Habana.
Verás que en la parte de afuera hay un árbol tipo ceiba. Y según la leyenda de la tradición Yoruba, si giras alrededor de este árbol sagrado y lo abrazas, atraerás la prosperidad. Para los estudiosos, esta es una de las tradiciones habaneras más arraigadas por el marcado sincretismo impuesto tras el encuentro de la cultura española y africana.
De hecho, cada 15 de noviembre a medianoche, los habaneros van al Templete a festejar un nuevo aniversario de la fundación de la ciudad. Al llegar ahí, dan tres vueltas a la ceiba y piden un deseo.
Plaza de San Francisco de Asís
Esta plaza se erigió en el siglo XVI cuando los galeones españoles hicieron una parada en su recorrido de las Indias hacia España.
Aquí se encuentra la iglesia-convento en donde se establecieron los monjes de la orden franciscana a quienes, por cierto, les molestó mucho el ruido que había en el mercado que estaba afuera de dicha plaza. Así que pidieron mandar ese estruendoso mercadito a la Plaza Vieja para que pudieran estar más tranquilos.
Hoy el viejo monasterio ha dado paso a un museo de arte religioso y desde el 2005 también funciona como un teatro para los niños. Su vieja nave sirve como sala de conciertos de música clásica. Y, en el Salón Blanco del convento, hay una exposición permanente donde podrás encontrar maquetas y réplicas de los dibujos más famosos de Leonardo da Vinci.
Además del convento, en los alrededores de la plaza a la que los habaneros conocen como “Plaza de las Palomas”, hallarás restaurantes, cafeterías, boutiques, correos, la terminal de cruceros Sierra Maestra, casas de cambio, la Lonja del Comercio, el Palacio de los Marqueses de San Felipe y Santiago de Bejucal, el edificio de la Aduana de La Habana, el Museo Carmen Montilla, el Museo del Ron, el Museo Alejandro Humboldt, el estudio-galería del pintor cubano Nelson Domínguez, el Jardín de Diana de Gales, el Jardín Madre Teresa de Calcuta, entre muchos otros lugares más para visitar.
Pero las esculturas icónicas que adornan esta plaza no se pueden quedar atrás… La Fuente de Leones, esculpida por el italiano Guiseppe Gaginni en 1836, será la primera que llame tu atención.
Otra estatua con la que debes tomarte una fotografía es el Caballero de París, que se encuentra fuera de la iglesia-convento y representa a un personaje (que fue real) y que en los 50’s vagaba por las calles de la Habana entreteniendo a todo aquél que se cruzara en su camino con sus pensamientos filosóficos sobre la vida, la religión, la política, entre otros temas relevantes de la época.
Dicen que tomarte una foto tocándole la barba a este peculiar caballero trae buena suerte. Por si sí, o por si no, nos la tomamos 😆
“La Conversación” es la estatua más reciente de la plaza. Fue creada por Etienne, un artista francés, y se incorporó en 2012.
En resumen, simplemente, no puedes regresar sin fotos de sus icónicas estatuas. Yo me tomé hasta con la estatua de dos varones que estaban sentados en una banca, justo afuera del Palacio del Marqués de San Felipe y Santiago de Bejucal.
Pero nadie me advirtió que a las estatuas de la Habana les gusta revivir de vez en cuando para saludarte. Y, claro, yo no me lo esperaba:
Y aunque fui su conejillo de indias, debo admitir que es impresionante la caracterización y el temple de aquél hombre, y aunque me pegó el susto de mi vida, agradeció mi admiración cuando le brindé un par de CUCs (moneda cubana para turistas).
Una vez más: ¡todo puede pasar en la Habana!
También vale la pena dar un paseo por las calles circundantes a esta plaza para apreciar los vivos colores de las fachadas de sus edificios coloniales.
Plaza Vieja
Diseñada en 1559, es considerada la plaza más ecléctica de la Habana en cuanto a arquitectura respecta. Una deliciosa combinación del barroco cubano con Art Nouveau de inspiración gaudiniana.
Los edificios de la Plaza Vieja fueron construidos como residencias privadas donde se alojaban las familias más adineradas de la Habana, quienes se reunían para ver los espectáculos públicos que allí se realizaban. Estos espectáculos incluían procesiones, peleas de toros, fiestas y hasta ejecuciones públicas que eran vistas desde sus respetivos balcones.
Actualmente, se encuentra salpicada de restaurantes, cafés, bares y cervecerías. Así que, respondiendo a tu pregunta, sí, este puede ser el sitio perfecto para relajarte, conocer gente y pasar un buen rato.
En las inmediaciones de esta plaza se encuentran lugares interesantes como el Planetario, la Cámara Oscura (un ingenioso dispositivo óptico desde donde podrás disfrutar hermosas vistas a la ciudad), la Fototeca de Cuba, el Museo de Naipes, el Centro de Arte La Casona, el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y el Palacio Cueto, que es el ejemplo más acabado de Art Nouveau en la Habana.
Los alrededores de la Plaza Vieja albergan hermosas galerías, muy típicas de la Habana, con arcos de medio punto y vidrieras de colores. Por esta razón, caminar por las calles circundantes a la misma, es algo que no puedes dejar de hacer.
Te recomiendo pasar especialmente por las calles más famosas que son:
- Calle Obispo (donde hay unos helados de coco buenísimos)
- Calle Mercaderes
- Calle Oficios.
Centro Habana
Calles llenas de acción, hombres de edad avanzada conviviendo en juegos maratónicos de domino, lujosos hoteles y distinguidos museos son algunas de las cosas con las que te toparás al recorrer Centro Habana.
Pero eso no es todo. Los principales atractivos que hacen a Centro Habana una zona obligada para cualquier turista, son:
- El Capitolio
- Parque de la Fraternidad
- Paseo de Martí o Paseo del Prado
- Museo de la Revolución
Después de estar en este último que te remontará a los tiempos de la Revolución Cubana, puedes cerrar con broche de oro tu recorrido yendo al Castillo San Salvador de la Punta y vislumbrar un atardecer fuera de serie desde el Malecón.
Así que, sin mayor preámbulo, veamos con mayor detalle las joyitas que tiene la parte central de la Habana.
El Capitolio Nacional
Considerado la construcción más grandiosa y ambiciosa de la Habana, el imponente capitolio tiene una clara similitud al de Washington DC y ciertos rasgos característicos propios del Panteón de París y de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
El edificio alojó al cuerpo legislativo de la República de Cuba hasta su disolución con el triunfo de la Revolución en 1959. Desde esta fecha hasta el 2013, el Capitolio albergó el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la Academia Cubana de Ciencias y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología.
Lamentablemente, cuando yo fui, todavía me tocó en proceso de restauración.
Parque de la Fraternidad
Junto con el Parque Central, el Parque de la Fraternidad adorna los confines del Capitolio.
Fue remodelado y renombrado para enmarcar la Conferencia Panamericana de 1927. El nombre Parque de la Fraternidad alude a la hermandad americana, y por ello, en sus áreas verdes hay diversas estatuas que remiten a líderes de Norteamérica y Latinoamérica como Simón Bolívar, Abraham Lincoln y muchos otros.
En el centro del parque, se encuentra el famoso Árbol de la Fraternidad Americana. Fue plantado el 24 de febrero de 1928 para cimentar la buena voluntad entre las naciones del conteniente.
“Es la hora del recuento de la marcha unida y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes. Los pueblos no se unen sino con lazos de amistad, de fraternidad y de amor.”
– José Martí
Como dato curioso, este árbol fue abonado con tierra de los sitios históricos de diversas Repúblicas Americanas.
El Parque de la Fraternidad es la terminal de numerosas rutas de metro bus y de broma le dicen El Jurasic Park debido al gran cúmulo de autos viejos americanos (que ahora se usan como taxis colectivos) que se congregan frente al parque.
Paseo de Martí
El Paseo de Martí o Paseo del Prado funge como la línea divisoria entre Centro Habana y la Vieja Habana. Este boulevard tiene un estilo europeo que buscaba asemejar cualquiera de los espléndidos bulevares existentes en París o Barcelona.
Su construcción comenzó en 1770 pero se terminó a mediados de 1830s, y las famosas cabezas de león de bronce que verás en las esquinas, fueron agregadas más tarde en 1928.
Algunos edificios destacados que verás a lo largo del Paseo del Prado son el Palacio de los Matrimonios, el Teatro Fausto y el Gran Teatro Alicia Alonso. Este último merece una visita, pues su decoración neoclásica es exquisitamente bella y ahí se presenta lo mejor de la música y el baile cubano, especialmente en lo que respecta a ballet.
Museo de la Revolución
Este emblemático museo fue el Palacio Presidencial que utilizaron varios presidentes cubanos, culminando en Fulgencio Batista.
Sin duda, es uno de los museos más interesantes de todo Cuba y uno que definitivamente debes visitar si quieres adentrarte en la historia de este país. Se enfoca primordialmente en los eventos que ocurrieron hasta, durante e inmediatamente después de la Revolución Cubana.
Si sólo tuvieras que ir a un museo de todos los que hay en la Habana (¡que vaya que son muchos!), definitivamente tendría que ser este.
La cuantía y el valor de sus colecciones, así como la constante labor cultural, histórica y política que ejerce este museo, lo convierten en el más importante del país. Fue declarado Monumento Nacional en el 2010 y también es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En las afueras del museo encontrarás diversos vehículos asociados a la Revolución, como aviones y cohetes.
Y detrás del edificio, está el memorial al Granma, donde se encuentra el yate que llevó al Che Guevara, a Fidel Castro y a su hermano Raúl, junto con docenas de revolucionarios, de México a Cuba para la iniciar la lucha revolucionaria. También podrás ver ejemplares del arsenal utilizado durante la Crisis de los Misiles.
El Malecón
El Malecón se extiende sobre la costa norte de la Habana a lo largo de ocho kilómetros; comenzando en la Bahía de la Vieja Habana, continuando al norte de Centro Habana, y terminando en la parte más reciente de la Habana: el Vedado.
Es el punto de reunión predilecto para parejas, filósofos, trovadores, poetas, pescadores y melancólicos observadores de la Florida. ¡Pero no son los únicos! De hecho, el malecón sirve de asiento para millares de personas que contemplan el mar azul, el paso de los buques y el ocaso adornado por los embates de la corriente del Golfo.
El mejor ambiente del malecón habanero se percibe al caer el atardecer. La gente se reúne para conversar, relajarse, ¡y hasta bailar y cantar!
Castillo San Salvador de la Punta
El hermoso castillo que da origen al Malecón y desde el que podrás ver la imponente estatua del Cristo de la Habana y los otros fuertes que están al otro lado de la bahía.
Pero la vista no es lo único que resaltar de este sitio. Es uno de los cuatro fuertes creados para defender la bahía. Fue diseñado por el ingeniero militar italiano Bautista Antonelli y se construyó entre 1589 y 1600.
Hoy es un museo que contiene las crónicas de su historia, y en la parte de afuera, podrás apreciar sus enormes cañones que datan de mediados del siglo XIX.
Tesoros al otro lado de La Bahía
Una vez que hayas recorrido los principales atractivos turísticos de las 4 plazas principales de la Habana Vieja y Centro Habana, puedes optar por cruzar al otro lado de la bahía y conocer las dos fortalezas que también han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que forman parte del llamado Parque Histórico Militar Morro-Cabaña:
- Castillo de los Tres Santos Reyes Magnos del Morro
- Fortaleza San Carlos de la Cabaña
No es muy complicado llegar a estas fortalezas. Puedes tomar un taxi o alguno de los autobuses que van para allá (ya sea el P8, el P11, o el P15) y bajarte en la primera parada justo después de pasar el Túnel de la Bahía de La Habana.
El Castillo de los Tres Santos Reyes Magnos del Morro (ya sé, parece trabalenguas), junto con el Castillo San Salvador de la Punta (que está del lado opuesto), fueron erigidos entre 1589 y 1630 para proteger la entrada del puerto de la Habana de los piratas e invasores extranjeros, como el del corsario francés Jacques de Sores, quien saqueó la ciudad en 1555.
Es uno de los símbolos de la Habana y uno de los lugares más visitados tanto por turistas, como por locales. Ha sido retratado y dibujado tantas veces como las que ha aparecido en películas.
Verás equipamiento de defensa como cañones y un faro desde el que podrás apreciar una linda vista de la ciudad. Dentro del castillo hay diversas salas con exposiciones que cuentan la historia del mismo y de su faro, así como las excursiones de Cristóbal Colón por las Américas.
Un dato histórico curioso sobre este castillo son sus prisiones, que tenían hoyos en la parte trasera a través de los cuales los prisioneros eran arrojados al mar para alimentar a los tiburones (lo sé, escalofriante).
La Fortaleza San Carlos de la Cabaña es otro fuerte masivo que se construyó para repeler futuros ataques invasores, sólo que este fue construido entre 1763 y 1774 en respuesta a la invasión inglesa.
Fue tan elevado el presupuesto para su realización, que el entonces rey de España, algo sarcástico, aprobó su construcción dejando claro que, si salía tan caro construirlo entonces debía ser lo suficientemente grande para poder verlo desde su telescopio en Madrid 🙄
Para orgullo de este rey, es considerada la fortaleza colonial española más larga en las Américas, midiendo 700 metros de punta a punta y cubriendo un total de 10 hectáreas.
La Cabaña aloja el Museo de Fortificaciones y Armas. Y cada noche a las 9pm, se realiza la Ceremonia del Cañonazo, considerada Patrimonio Cultural de Cuba. En ésta, actores con vestimenta militar propia del siglo XVIII recrean un disparo de cañón sobre el puerto.
El cañonazo se escucha en gran parte de la ciudad y simboliza el cierre de la misma, pues antes así se avisaba que se cerrarían las puertas que daban acceso a la ciudad amurallada.
Literalmente, sentirás que eres un personaje más metido en la película de Piratas del Caribe.
La mejor hora para visitar estas fortalezas y para apreciar la hermosa vista que se deja ver, es justo en la tarde para que te toque el atardecer. Y mientras esperas a que llegue la hora de la Ceremonia del Cañonazo, puedes visitar el Cristo de la Habana, tomar una bebida y platicar.
El Cristo de la Habana es otro de los encantos que tiene este otro lado de la bahía. Pero eso no significa que solo pueda apreciarse allí, pues dado que está a 51 metros sobre el nivel del mar y la escultura mide 20 metros de altura (reposando sobre una base de 3 metros), puede alcanzarse a ver desde distintos puntos de la ciudad.
¿La historia que dio origen a este Cristo? Todo comenzó con una curiosa promesa.
Después del asalto al Palacio Presidencial ocurrido el 13 de marzo de 1957 con la finalidad de ajusticiar al dictador Fulgencio Batista, la primera dama, en un acto de desesperación, prometió que si su esposo acababa con vida, colocaría una imagen de Cristo que pudiera ser vista desde cualquier rincón de la ciudad.
Y entonces fue lanzada la convocatoria para la creación del Cristo de la Habana dando como ganadora a Jilma Madera, quien presentó su boceto al certamen y, sin esperarlo, triunfó.
Esta colosal escultura de mármol de carrara, cuyo peso aproximado es de 320 toneladas, está compuesta por 67 piezas que fueron traídas desde Italia, ya que fue esculpido en Roma, y allí lo bendijo el Papa Pío XII.
Se inauguró el 25 de diciembre de 1958, con la presencia del mandatario Fulgencio Batista. Pero su devota esposa jamás imaginó que, habiendo cumplido su promesa, el gobierno de Batista solo duraría ni una semana más antes de que cayera ante el impetuoso avance del Ejército Rebelde y el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
La figura del Cristo está de pie, bendiciendo con una mano hacia arriba y la otra cerca del pecho. Le dejaron los ojos vacíos para que diera la impresión de que está mirando a todos desde cualquier lugar del que fuese visto.
Los locales, con su peculiar sentido del humor, dicen que fue esculpido para asemejar que tiene un habano o cigarro en la mano derecha y un mojito en la izquierda. Tan sólo de imaginarlo me sacó una sonrisa 😀
El Vedado
Se podría decir que el Vedado es la parte de la ciudad más reciente o moderna en comparación con la Habana Vieja y Centro Habana.
En un inicio, el Vedado era un distrito frecuentado por la gente de la mafia (de hecho, todavía verás algunas de sus mansiones) y estaba repleto de hoteles, restaurantes y una vibrante vida nocturna.
Durante los 50 años de distracción con los Estados Unidos, era el centro comercial principal y, en muchas formas, todavía lo sigue siendo; solo que en estos días la vida nocturna es un poco menos agitada, los casinos ahora son discotecas, y los hoteles se ven más como reliquias históricas que como refugios de lujo.
Hoy es más una amplia zona residencial de gran afluencia dividida por dos bulevares de estilo parisino y anclada a la concurrida Plaza de la Revolución y a la hermosa –pero inquietante– Necrópolis Cristóbal Colón.
La calle principal que va del este al oeste es la Calle 23, y es mejor conocida como “La Rampa”.
Necrópolis Cristóbal Colón
Con 57 hectáreas de extensión, es el cementerio más importante del Cuba. Posee un gran número de obras escultóricas y arquitectónicas, motivo por el cual diversos especialistas lo catalogan como uno de los más importantes a nivel mundial.
En la Necrópolis «Cristóbal Colón» se han sepultado numerosas personalidades de gran importancia nacional, y otras internacionalmente reconocidas. Puedes comprar en la entrada un mapa que contiene las distintas ubicaciones de las tumbas de varios artistas, atletas, políticos, escritores, científicos y revolucionarios.
Hotel Nacional de Cuba
Este ecléctico hotel neoclásico con toques art deco es un monumento nacional y uno de los emblemas arquitectónicos de la ciudad.
Aunque no te estés alojando en este hotel, puedes entrar a dar un paseo en su enorme jardín y tomar un mojito en su bar con vista al Golfo.
En sus más de 80 años de existencia, el Hotel Nacional de La Habana ha recibido a destacados huéspedes incluyendo artistas, actores, atletas, presidentes y escritores como Winston Churchill, Jimmy Carter, Frank Sinatra, Lucky Luciano, Ernest Hemingway, Jean-Paul Sartre, Alexander Fleming, entre muchos otros.
Plaza de la Revolución
Rodeada de edificios grises utilitaristas construidos a finales de la década de los cincuenta, esta plaza es la base del gobierno cubano y el lugar donde se llevan a cabo las reuniones políticas.
El edificio que tiene el famoso mural gigantesco del Che Guevara es el Ministerio del Interior. Y, adyacente a éste, está el de telecomunicaciones, mismo que plasma al heroico guerrillero Camilio Cienfuegos.
Por la noche, el mural del Che se ilumina con un brillo dorado detrás que simboliza el vivo espíritu de la Revolución Cubana.
En 1998, el papa Juan Pablo II impartió una misa en esta plaza y, en dicho evento, congregó a casi un millón de cubanos.
Memorial José Martí
Como parte de los atractivos emblemáticos de la Plaza de la Revolución, está el memorial dedicado al filósofo, poeta y ensayista, José Martí.
Su estatua de mármol blanco, en posición de pensador, alcanza los 17 metros de altura y todavía posa sobre 138.5 metros de altura.
En la parte de abajo de la torre que está detrás de la estatua, hay un museo que recopila las frases más simbólicas de este libertador que marcó la identidad cubana actual y su sueño de autodeterminación.
Y en la parte superior de esa misma torre, hay un mirador desde el que puedes vislumbrar las mejores vistas de la ciudad. Y cuando digo las mejores, no te exagero. Literalmente, puedes apreciar varios ángulos de ciudad al asomarte por las ventanas que hay en cada una de las 5 puntas de la estrella que abraza la torre, y cuyos vértices representan, nada más y nada menos, que la libertad.
Hablando de José Martí, algunas de sus frases que más me gustan son:
“Hacer es la mejor manera de decir.” –José Martí
“Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.” –José Martí
“Aquel que podría haber sido toda una antorcha, y se inclina a ser solamente una cadena, es un desertor.” –José Martí
“La ignorancia mata a los pueblo.s” –José Martí
“Todo ser humano posee dentro de sí mismo un hombre ideal, así como cada pieza de mármol contiene en bruto una estatua tan hermosa como la que Praxíteles, el griego, le hizo al Dios Apolo.” –José Martí
Siendo esta última mi favorita, pues creo tanto como él, que todos estamos en este mundo para revelar la mejor versión de nosotros mismos y convertirnos en esa hermosa estatua que estamos destinados a ser.
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Algo de playa para endulzar tu viaje
Las playas de la Habana se encuentran al otro lado de la Bahía, y son mejor conocidas como “Playas del Este”. De estas playas yo visité Megano y Santa María. Y aunque un poco concurridas, cumplieron con mis expectativas.
La temperatura del mar estaba en su punto perfecto para pasar un rato agradable dentro de las aguas del Caribe. Y el sol, ni se diga, ¡en todo su esplendor!
Varadero: el auténtico paraíso tropical
Pero si ya viajaste hasta Cuba, mi consejo es que te des una escapadita a Varadero, una de las playas más famosas del mundo por ser el vivo retrato de un paraíso tropical.
El agua del mar es cálida, tranquila y completamente cristalina. Su azul turquesa no hace más que armonizar perfectamente el tono claro de la arena que recorre sus 20 kilómetros de playa ininterrumpida.
Yo te puedo decir, con total sinceridad, que es la playa más bonita y grande en la que he estado.
Y sus atardeceres pintan la escena perfecta para relajarte y pensar, tú sabes, en las cosas de la vida…
Está a unas 3 horas de la capital y por $20 CUCs puedes ir y regresar en los autobuses Víazul.
Te recomiendo que pases un mínimo de dos o tres días aquí para que disfrutes la tranquilidad de este popular resort que embellece la Península de Hicacos.
Creéme. No te vas a arrepentir.
Como consejo te digo que hay diversos hoteles all-inclusive como estos que vale la pena considerar.
Además de estar en la playa, otras actividades que puedes llevar a cabo en este popular destino caribeño son snorkeling, golf, kitesurfing, skydiving, pesca, crucero en catamarán, entre muchas otras.
Por las noches, puedes salir a disfrutar el festivo ambiente que se contagia entre sus bares, discotecas y cabarets. Un bar muy concurrido por los turistas donde puedes echar la cervecita y ver al grupo que toca rock en vivo, es el Bar Los Beatles.
Pero si quieres una opción donde puedas disfrutar y bailar música más representativa de la isla, entonces te recomiendo buscar otra opción.
Entre sus múltiples encantos, Varadero tiene un armonioso parque del que no querrás salir: el Parque Josone.
Dentro de este parque hay varios restaurantes y bares. Si eres fan de la comida italiana como yo, no puedes dejar de ir al restaurante Dante. Tiene la lasaña y la pizza más deliciosa que he probado en mi vida. I-rre-al.
Y cuando atardece, el lago de este majestuoso parque refleja los colores del cielo asemejando una pintura sobre acuarela. Es mágico.
¿La historia detrás de este parque? Fue idea de una pareja que en 1942 soñó con un sitio en el que perdurara su amor y pasión (¡y vaya que el sitio lo refleja!).
Onelia Méndez y José Iturrioz celebraron sus bodas de plata y le dieron forma a este parque que lleva su propio nombre, o más bien, la unión de las primeras tres letras de sus nombres: Jos + One = Josone.
Tips de viajero a viajero
Hay algunas cositas que a mí me hubieran facilitado algunos percances y que hubiese preferido saber antes y durante mi estancia en la Habana. Así que aquí te las compartiré para que las tomes en cuenta y puedas tener un viaje más placentero:
- Investiga cuál es el tipo de cambio más conveniente. Cambiar a dólares y después a CUCs es la peor idea porque el dólar tiene una especie de penalización y nunca valdrá más de lo que el gobierno cubano establezca (y como no son muy fans del pueblo yankee, pues ya te imaginarás como está la cosa). Puede convenirte más cambiar de tu moneda directo a CUCs o de euros a CUCs, es cuestión de hacer la ecuación y ver qué opción es más redituable.
- Cuba tiene dos tipos de moneda: el peso cubano (CUP), que es el que comúnmente utilizan los locales, y el peso convertible (CUC), que es el que usan los turistas. 1 CUC equivale aproximadamente a 25 CUPs. Así que es importante que cuando pagues en los establecimientos veas que te den el cambio en la moneda o el billete que deba ser (y no te den pollo por pescao, como dicen por allá), pues podrías perderle muchísimo si en vez de CUCs te regresan CUPs. Los billetes de los turistas (CUCs) tienen un color más vivo y siempre debes leer la palabra pesos convertibles. En cuanto a las monedas, la local cuenta con imágenes del Che Guevara y mensajes de la revolución, mientras que las monedas para turistas tienen monumentos de Cuba.
- Si planeas comprar alguno de los tesoros de la isla como ron, café o habanos, asegúrate de adquirirlos en establecimientos certificados. Yo desgraciadamente compré un ron y unos habanos que resultaron ser piratas, y aparte, me los cobraron mucho más caros que los originales (ya sé, fail total). Así que por más que te aseguren que esos son los originales, de verdad, te recomiendo que los compres en lugares oficiales para que te lleves algo realmente bueno, de calidad y original.
- Si necesitas cambiar de la moneda que lleves a CUCs, asegúrate de hacerlo en casas de cambio oficiales, mejor conocidas como CADECAS. Habrá quienes por fuera te traten de ofrecer tipos de cambio mucho más convenientes, pero estos billetes suelen ser falsos.
- Si vas a pedir un taxi te aconsejo pactar el precio antes de subirte y cotizar con dos o tres taxis más por separado e irte con el más barato. Generalmente, cuando les dices que otro taxi te ofreció llevarte al mismo lugar por menos harán lo que sea para igualarte o mejorarte el precio. Aunque es un must subirte por lo menos una vez en alguno de sus icónicos autos antiguos, puedes ahorrar mucho utilizando el cocotaxi y la bicitaxi, pues cuestan la mitad o incluso menos.
- Asegúrate de llevar la VISA cubana en caso de que ésta sea requerida para tu país. La puedes adquirir fácilmente en el aeropuerto y muchas veces la aerolínea con la que viajas te ayuda a gestionarla.
- No te mintieron. El wifi SÍ es escaso. Solamente puedes conectarte en ciertos puntos wifi y necesitas tener a la mano una tarjeta ETECSA que vale como 2 CUCs. Esta tarjetita trae un codiguito que metes en tu navegador y eso te da para estar 1 hora conectado al wifi. Si no vas a consumir la hora y quieres guardar ese sagrado tiempo para después, apaga el wifi de tu celular por completo, pues de lo contrario, lo consumirá todo. Cabe reiterar que estas tarjetas sólo funcionan estando en alguno de los puntos wifi.
- Si rompí tu corazón con la noticia anterior y querías wifi para usar Google Maps y no quedar a la deriva, descuida, lo que puedes hacer es descargar antes el mapa de la Habana (y de las otras ciudades a las que planees ir). Si lo descargas antes de llegar podrás abrir el mapa aunque no tengas wifi. Otra opción que he escuchado que es más efectiva para los turistas es bajar la aplicación MAPS.ME (que igual funciona sin WIFI) y puedes marcar en el mapa los lugares que planeas visitar. Yo como me guíe no fue usando estas apps, sino con el mapa que viene dentro de [amazon link=»1786571498″ title=»este libro»] que puedes pedir directo en Amazon. En ese mapa vienen las calles, los lugares de la Habana más importantes conocer y la ruta más conveniente a seguir. Además, considero que es una excelente guía para cualquier turista que quiera viajar a Cuba.
- Planea tu viaje con mucha anticipación. ¿Sabías que puedes reducir los costos a la mitad si reservas tu hospedaje y vuelo con suficiente anticipación? Yo compré el vuelo y pagué el hospedaje con 3 meses de anticipación. Y cuando hice los cálculos, ahorré un 53% de lo que me hubiera costado conseguir ambas cosas tan sólo un par de días antes.
- Y finalmente, si deseas comprar suvenires o algún par de adornitos chulos para tu casa, ve al Mercado San José de las Artesanías, es el sitio más económico para comprar recuerditos y también el mejor surtido.
Ojalá estos consejitos te sean útiles. Literal son de esas cosas que te gustará saber antes de emprender tu aventura a la Habana.
El destino que tienes que visitar por lo menos una vez en la vida
La Habana es precisamente uno de esos destinos que por ser tan únicos en su tipo y diferentes al resto del mundo, tienen que estar en tu lista de lugares por descubrir. Y como lo decía desde un inicio, es un lugar difícil de entender, pero increíblemente fácil de amar y recordar.
Es como viajar a otro mundo, un mundo donde se respira magia por doquier y donde, una vez más, todo puede pasar…
Además, ahorita es la mejor época para viajar a Cuba y conocerlo tal y como es antes de que ocurra su inevitable transformación y se asemeje a cualquier otro país del mundo. ¡Así que regálate una espadita y aventúrate a vivir una experiencia sin precedentes!
Me gustaría escuchar tu opinión en los comentarios de la publicación:
¿Ya has viajado a Cuba?, ¿Qué es lo que más te gustó de Cuba o lo que más te gustaría conocer (si aún no has ido)?
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