Deseas algo con todas tus fuerzas, te empeñas por conseguirlo, sudas la gota gorda… y ¡PUM! las cosas no salen como esperabas.
Es nefasto. Te entiendo.
Hace tiempo, me hice esta misma pregunta y me prometí no tratar de resolverla enseguida, ya que en vez de abordarla de forma objetiva, hubiera sonado como la mujer más resentida del planeta.
Apenas hoy, las circunstancias de la vida fueron quienes se encargaron de responder esta pregunta haciéndome entender que, muchas veces, el hecho de que las cosas no salgan como esperábamos, es lo mejor que nos puede suceder.
¿Te ha pasado que quieres mucho algo, no sucede, y luego te das cuenta que no era lo correcto para ti o que llega algo mucho mejor a lo que esperabas? Es sorprendente.
Y es que, al inicio, cuando algo no sale como lo esperabas, la sensación es simplemente terrible. Pero créeme, con el tiempo entenderás el por qué.
Y de ninguna manera soy partidaria de dejarle las cosas al Sr. Destino, al azar, a la suerte o a la coincidencia… Al contrario, considero que cada uno de nosotros es el arquitecto de su propio destino.
Lo que logremos o lo que dejemos de lograr es resultado de lo que hagamos o dejemos de hacer.
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No te rindas rápido. Sé perseverante. Y, como diría Woody Allen:
“El éxito se basa simplemente en insistir.” –Woody Allen
PEEEERO… (el famoso pero) también tenemos que ser conscientes y realistas: hay cosas que no dependen de ti al 100%, en otras palabras, que no está en tus manos lo que pase. O bien, requieren mucho más tiempo, esfuerzo o recursos para poder hacerlas realidad.
“El que quiere hacer algo conseguirá un medio, el que no, una excusa”. –Stephen Dolley
La cuestión ahora es, ¿qué tanto perseverar e insistir? ¿cuándo tirar la toalla? Tú lo sabrás, es algo que se termina intuyendo. Como te comentaba, si tú ya diste todo de ti y por circunstancias que están fuera de tu alcance, las cosas simplemente no se alinean, es por algo.
Otra recomendación que te será de gran ayuda es ser flexible al cambio y estar abierto a nuevas posibilidades cuando ocurra algo inesperado que cambie tus planes.
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Traigo esto a flote porque solemos bloquear nuestra mente cuando las cosas no pasan justo como queríamos. Nos emberrinchamos, nos frustramos y nos negamos a percibir nuevas alternativas.
Y, como comprenderás, eso no nos va a llevar a ningún lado…
Es como ese chiste que incluyo a continuación, donde Pepito esperaba algo muy en concreto y aunque nuevas posibilidades le pasaban por enfrente, al no tener apertura para percibirlas, pues no logro salvarse…
Acepta los nuevos ajustes, retos u opciones que lleguen a tu vida, nunca sabes con qué sorpresas te puedes topar 😉
Activa ese chip. El chip que, cuando algo no sucede como esperabas, está ansioso por buscar nuevas posibilidades y caminos. Es así como se crean realidades mucho más asombrosas de lo que imaginábamos.
Espero que esta publicación te haya servido para entender lo que yo hasta hoy comprendí. Quise compartirlo porque somos muchas personas las que llegamos al punto de preguntarnos ¿por qué si hacemos las cosas bien, no salen como esperábamos?
Comparte esta publicación con algún amigo o familiar que sepas que le pueda servir, créeme, siempre sabemos de alguien que está triste o desilusionado porque las cosas no sucedieron como esperaba.
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