Estamos viviendo un periodo extremadamente difícil y que a muchos nos ha traído malas noticias a causa de todo a lo que ha implicado el coronavirus.
Ante este panorama solo tenemos dos opciones:
- Deprimirnos
- O buscar alternativas, oportunidades e implementar medidas para resolver desafios.
Es una crisis no sólo de salud, sino ahora ya también económica, laboral y social.
Estamos ante una situación que demanda, más que nunca, nuestra cordura y solidaridad. Con el enorme reto de que aunque nos encontremos distanciados quedándonos en nuestras casas, estemos mucho más unidos.
Miles de personas alrededor del mundo perdieron su trabajo debido a que las compañías para las que trabajaban dejaron de tener un flujo de ingresos por la falta de demanda causada por todo la incertidumbre que está generando esta situación.
Y otras empresas –sobre todo las y medianas pequeñas– tuvieron que detener sus actividades por completo.
A muchos nos cayó como una bomba, de un día para otro, la noticia de que nos quedamos sin trabajo. Pero gastos como renta, comida y servicios seguirán corriendo. ¿Cómo le vamos a hacer?
O peor aún, al día de hoy ya hay más de 10,000 personas que han perdido la vida debido a las graves complicaciones de salud ocasionadas por este tipo de virus.
Y si te pones a pensarlo, son personas que tenían sueños y más momentos que vivir y disfrutar. Son familias que sin previo aviso perdieron a alguno de sus seres queridos.
Y esto es serio.
Si eres uno de los afortunados que pudo conservar su trabajo o por lo menos cuenta con una fuente de ingresos propicia para subsistir, y tienes salud en estos momentos, por favor sé empático y solidario con quienes no han tenido la misma suerte.
Y yo sé que es un reto estar aislados físicamente pero unidos humanamente.
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Uno de los grandes genios que ha tenido la humanidad, Albert Einstein, decía que:
“La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar “superado”.
También explicaba que el inconveniente real de los países y de las personas no es la crisis en sí, sino la pereza de encontrar salidas y soluciones.
¡Así que hay que ser creativos y buscar la manera de convertir las crisis en oportunidades!
Esta pausa mundial también nos trae varias lecciones y oportunidades como humanidad:
- Nos enseña la importancia del ahorro y de tener un fondo exclusivo para poder salir bien librado de situaciones como esta.
- Nos da la oportunidad de tener tiempo para conocernos mejor, para reflexionar qué estamos haciendo con nuestras vidas y por qué lo hacemos, si eso nos hace felices y si queremos continuar por el mismo camino. Pensar en lo que es realmente importante para nosotros y cómo podemos apegarnos a ello.
- Nos hace extrañar y valorar cosas tan simples como los abrazos, como tomar un café con amigas, como ver un partido con amigos, entre muchas otras.
- Aprovechemos este tiempo para planificar, para establecer metas y para crecer como seres humanos.
- Para ser creativos desde nuestras propias casas y convertir problemas en oportunidades.
Si te estás quedando en casa como parte de las medidas de contingencia para impedir el contagio del virus, aprovecha para hacer las cosas que este ritmo tan acelerado de vida no te permitía hacer, vivir o experimentar. Como por ejemplo:
- Es tiempo que puedes convivir más con tu familia y pasar más tiempo juntos.
- Es tiempo en el que por fin puedes leer ese libro que no tenías tiempo para leer o escuchar ese podcast que dejaste en pausa.
- Tomar un curso en línea.
- Aprender a cocinar nuevos platillos.
- Poner la casa en orden y hacerle arreglos en el jardín.
- Tener videollamadas con familiares o amigos que están en otros lugares, hacerles saber que estás ahí para apoyarlos y que no están solos.
- Volver a conectar con la gente que estimas y con la que habías perdido contacto.
- Generar un ingreso pasivo.
- Hacer ejercicio en casa.
- Demostrar que es sí posible trabajar desde casa.
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Y lo más importante, lo más importante:
Ayudar a quienes más lo necesitan, a los más vulnerables y en condiciones de pobreza.
Si tu vecino, un amigo o un familiar fue despedido y necesita dinero –y tu estás en condiciones de prestárselo– hazlo.
Si estás rentando un departamento y tus inquilinos no están percibiendo ingresos para pagarte la renta en este periodo de inactividad económica, sé tolerante y permite que lo hagan cuando esta situación se estabilice.
Si trabajas en el gobierno y tienes algún tipo de poder de decisión, propón medidas que contrarresten los desafíos por los que están pasando las personas afectadas.
Hay países que están otorgando fondos financieros a las personas que perdieron su empleo durante este periodo. Países que están invirtiendo en ampliar la infraestructura hospitalaria y adquirir la indumentaria necesaria para atender a las personas afectadas.
A las instituciones financieras, por favor tengan consideración y congelen o disminuyan temporalmente los impuestos, otorguen facilidades –que por primera vez– puedan beneficiar más a los ciudadanos que a los bancos, en lo que todo esto pasa.
Juntos podemos encontrar soluciones en medio de la adversidad y salir fortalecidos. Es momento de poner en práctica la resiliencia.
Si los doctores nos dicen “no salgan de casa para evitar contagio en este periodo donde se busca disminuir la curva para poder tener los recursos suficientes para atender a todos los afectados”, es por algo, ¡entonces hagámoslo!
Hay hospitales en los que hay tantas personas infectadas que presentan complicaciones graves que están teniendo que elegir a quién darle una cama y atención medica, si al señor de 80 años o al de 44 que tiene aún tiene mucho por vivir. Y esto es una realidad.
Tú puedes ayudar aunque sea con las medidas básicas para evitar el contagio.
Hay cientos de personas que andan ahí afuera con el virus pero están como si nada porque no presentan síntomas pero aun así te lo pueden transmitir y luego tú se lo contagias a tu familia al llegar a casa.
Y si por algo tienes que salir de casa, intenta utilizar un tapabocas, mantener distancia de 2 metros con otras personas, no saludar de mano ni de beso, no tocarte la cara y lavarte las manos muy bien tan pronto como puedas.
Estas son medidas simples, pero efectivas para prevenir el contagio y permitir que lleguemos a un estado óptimo que nos permita regresar a nuestras actividades.
Comparte este mensaje para que llegue a más personas y nos demos cuenta que está en nosotros el que este sea un periodo devastador y destructivo; o más bien, provechoso, solidario y productivo.