AUNQUE SIGAS RESPIRANDO.
AUNQUE SIGAS RESPIRANDO.
¿Sientes que la vida perdió su color, aunque sigues cumpliendo con todo?
Tus días se sienten iguales.
Todo parece suceder en automático.
Vas de obligación en obligación, de un pendiente a otro, de dificultad en dificultad.
Te levantas, cumples, produces… y, sin embargo, algo dentro de ti se ha detenido.
Ya no hay chispa, ni impulso, ni esa sensación de propósito que antes te movía.
Solo queda el cansancio, la irritabilidad y la falta de sentido.
Pero todo cambió cuando una persona muy cercana a mí me dijo algo que, sin saberlo, se convertiría en el primer paso de un viaje transformador:
“No estás mal ni te va mal… solo vives desconectada de todo lo bueno que te rodea.”
Días después, vi en YouTube un episodio del podcast de Jack Neel, donde entrevistaba a Hudson Leogrande, fundador de Comfrt, una de las marcas de moda más exitosas en TikTok Shop Estados Unidos.
Al final del episodio, Jack le preguntó cuál había sido el mejor consejo que había recibido en su vida.
Hudson respondió:
“El mejor consejo que he recibido es que los pensamientos se convierten en cosas.
Y si lo piensas, te darás cuenta de que muchos de los resultados en tu vida —y las cosas que te pasan o que llegan a ti— ocurren por la manera en la que piensas.
Si puedes pensar en las cosas y traerlas a la realidad —que es algo que todos hacemos y sabemos que existe a través de vibraciones y frecuencias— puedes alterar y cambiar tu vida entera pensando de la forma correcta.
Así que, una vez que aprendí esto, mi vida entera cambió…
Una de las cosas que hice fue que cada día simplemente decía qué tan agradecido me sentía, y me dije que si podía encontrar 3 cosas por las cuales estar agradecido cada día, entonces, cada vez que me levantara, estaría buscando nuevas razones para sentirme agradecido.
Y eso lo cambió todo para mí. En lugar de ver lo que estaba mal, ahora veía lo afortunado que era de poder levantarme un día más con vida y salir a caminar.
Y si puedes hacer esto mismo, toda tu frecuencia cambia como persona.
Tu energía es diferente, la gente con la que interactúas es diferente… todo.”
Así que, en los meses siguientes, compré los diarios de gratitud más vendidos en Amazon para ver cuál me acomodaba mejor.
Sé que puede sonar raro, pero soy el tipo de persona que ha probado más de diez agendas diferentes porque en verdad disfruto encontrar la mejor experiencia posible — así que este caso no sería la excepción.
Y entonces pasó algo que nunca imaginé…
No solo en cuanto a la historia que me contaba, sino en mi energía, mi estado de ánimo y mis resultados.
Me di cuenta de que muchas de las cosas que daba por sentadas eran bendiciones ENORMES a las que cientos de millones de personas ni siquiera tenían acceso: la educación, la salud, el tiempo, las oportunidades, una familia, incluso las conversaciones simples del día a día.
Y yo, que sí las tenía, a menudo me quejaba enfocándome solo en lo que faltaba o lo que no tenía.
Me da vergüenza reconocerlo, pero también siento una profunda gratitud por haber despertado a tiempo!
Mantener esta práctica día tras día, literalmente, transformó mi frecuencia.
Me sentía más ligera, más consciente, más presente.
Mis relaciones con otros mejoraron, resultados en proyectos personales y profesionales también… y, sobre todo, mi forma de ver la vida dio un giro 360°.
Y no, no es que dejara de ver los problemas ni los días difíciles, sino que aprendí a mirarlos desde otro ángulo:
Era como cambiarme los lentes oscuros del pesimismo por unos que me dejaron ver toda la luz de la abundancia que YA me rodeaba.
Y cuando eso pasa, los demás también lo notan: te perciben como alguien con presencia, confianza y propósito.
Y esas personas —las que agradecen, las que vibran alto— son las que atraen lo mejor de la vida.
Todo lo que llega a tu vida —bueno o no tan bueno— tiene su origen en la forma en que piensas y en aquello en lo que decides enfocar tu atención.
Y cuando aprendes a entrenar esa atención desde la gratitud, todo empieza a cambiar.
Algunos lo llaman Ley de la Atracción, otros lo explican desde la física cuántica o el poder de la intención. Sea cual sea el nombre, todos coinciden en algo: tu mente crea la realidad que experimentas.
Una de las explicaciones que más me ha hecho sentido personalmente es la que plantea Marie Forleo, en su best-seller Everything Is Figureoutable. Ella lo explica así:
Las creencias generan pensamientos.
Los pensamientos generan sentimientos.
Los sentimientos generan comportamientos.
Y los comportamientos generan resultados (lo que finalmente se termina manifestando en tu vida).
Luis cree que no tiene nada que agradecer ni nada valioso que aportar al mundo.
Desde esa creencia, sus pensamientos comienzan a girar en torno a la escasez: se repite que nada sale bien, que los demás tienen más suerte o talento que él, etc.
Y como sus pensamientos son de carencia, sus sentimientos se alinean con ellos: se siente desanimado, triste y frustrado al considerarse un fracaso.
Desde ahí, sus comportamientos reflejan ese estado interno: deja que el síndrome del impostor lo paralice, pospone decisiones y vive cada día en automático, como si la vida fuera un mandato y no una elección.
¿Y qué resultados obtiene Luis comportándose desde esa energía? Exacto: más de lo mismo. La vida y las personas responden en ese mismo tono.
Y no es que a Luis no le pasen cosas buenas… simplemente no está en el estado mental ni emocional para notarlas, ni para ser su mejor versión con los demás.
¿Qué pasaría si pudieras entrenar tu mente para captar, identificar y reconocer las bendiciones que siempre han estado ahí, las que llegan cada día y las que aún están por venir?
Cuando comencé a practicar la gratitud, noté que algo en mí estaba cambiando. No solo me sentía más en calma y con mejor estado de ánimo: también dormía mejor, tenía más energía y hasta mi cuerpo parecía responder distinto a las “agresiones” del exterior.
Por curiosidad —y, admito, un poco de incredulidad 🙃— me puse a investigar si la ciencia tenía alguna explicación para todo esto.
Y lo que encontré me dejó sin palabras…
Existen decenas de estudios, investigaciones y publicaciones en universidades y revistas científicas que confirman lo que yo estaba experimentando: la gratitud transforma tu cerebro, tu cuerpo y la manera en que percibes la vida.
Aquí te comparto algunos de los hallazgos que encontré:
Una revisión de más de 70 estudios con 26,000 personas, publicada en el International Journal of Depression & Anxiety (ClinMed Journals), demostró que practicar gratitud reduce significativamente la depresión y la ansiedad, mientras aumenta el bienestar y la claridad mental.
Según Springer Link, dedicar tan solo 15 minutos al día durante seis semanas a escribir tres cosas por las que te sientes agradecido cambia tu perspectiva emocional de manera sostenida. Tu mente deja de buscar lo que falta y empieza a notar lo que florece.
El Journal of Psychosomatic Research descubrió que las personas agradecidas duermen mejor, se duermen más rápido y descansan con mayor profundidad, porque reducen los pensamientos repetitivos y la activación del estrés.
Cuando agradeces antes de dormir, tu mente se apaga en paz y no en preocupación.
Estudios publicados en ResearchGate y Harvard Health Publishing muestran que llevar un diario de gratitud ayuda a reducir la presión arterial y favorece la coherencia cardíaca: ese equilibrio perfecto entre tu respiración y el ritmo de tu corazón.
Agradecer calma tu cuerpo desde adentro.
El Nurses’ Health Study, dirigido por Harvard Health Publishing, siguió a más de 49,000 mujeres y encontró que quienes practicaban gratitud tenían un 9 % menos de riesgo de mortalidad en los próximos cuatro años.
Agradecer no solo te hace sentir mejor… puede literalmente prolongar tu vida.
Según UCLA Health, la gratitud estimula el sistema nervioso parasimpático —el que activa la relajación, la respiración pausada y la regeneración del cuerpo— reduciendo la presión arterial y los niveles de cortisol. Tu cuerpo responde a la gratitud como a un descanso profundo.
El Greater Good Science Center de UC Berkeley comprobó que la gratitud fortalece las áreas cerebrales asociadas con la conexión y la regulación emocional. Por eso, quienes practican gratitud resisten mejor la adversidad y se conectan con más empatía.
Después de experimentar en carne propia el poder de la gratitud, supe que quería compartirlo con el mundo de la mejor manera posible.
Durante mi proceso, los diarios de gratitud fueron una de las herramientas más efectivas para mantener el hábito cada día. Me ayudaban a detenerme, reflexionar y escribir; a hacer consciente lo que antes pasaba desapercibido.
Porque la verdad es que los beneficios de la gratitud solo se hacen visibles cuando la conviertes en un hábito constante.
Sin embargo, a decir verdad, ninguno de los diarios que probé me convenció al 100%.
Algunos eran bonitos, otros más estructurados, otros más libres… pero ninguno se sentía realmente completo ni pensado para acompañar un proceso de transformación real y sostenible a través del tiempo.
Y entonces decidí crear mi propio Diario de Gratitud…
Me propuse diseñar un diario de gratitud que reuniera todo lo que me hubiera gustado encontrar y experimentar en los que probé.
Uno que guiara y facilitara la escritura, estratégicamente pensado para ayudar a cultivar el hábito, mantener la motivación y traducir la gratitud en acción.
Y si te preguntas:
¿Qué tiene este diario que lo hace único?
¿Por qué es diferente a los demás?
¿Y qué lo hace tan especial como para querer compartirlo con el mundo?
Enseguida te cuento los 7 criterios esenciales que tuve en mente al diseñarlo.
Algo que me hubiera encantado encontrar en los diarios que probé al inicio era inspiración sobre qué cosas agradecer.
Me descubrí escribiendo las mismas cosas una y otra vez, sin darme cuenta de que hay muchísimas más dimensiones y esferas de la vida que también son bendiciones.
Por eso decidí crear un diario donde cada página te invite, a través de preguntas guía diferentes, a mirar la vida desde nuevos ángulos: momentos del día, personas, recuerdos, conocimientos, habilidades, oportunidades, proyectos, experiencias, gestos, cualidades, aprendizajes e incluso los retos que hoy parecen difíciles.
Cuando nada te invita a mirar más allá de lo que siempre sueles agradecer, la gratitud se vuelve repetitiva. Pero cuando entrenas tu mente para reconocer las pequeñas y grandes cosas que te rodean, descubres que la abundancia que siempre ha estado ahí, esperando ser vista.
Aunque este no es un diario convencional, sino un diario de gratitud, sentía que a veces me faltaba un lugar donde poder expresar algo más que 3 agradecimientos al día (y llevar ambos tipos de diarios se me hacía “too much”, o demasiado, a decir verdad).
Un rincón para anotar ideas, pensamientos, descubrimientos, aprendizajes o simplemente aquello que me había movido durante el día.
Por eso quise que este diario fuera un paso más allá e incluí un pequeño apartado para registrar la emoción predominante del día —“Hoy me sentí…— y otro con espacio suficiente para escribir una reflexión personal, en los casos en que se necesite.
Estos espacios me parecieron esenciales, porque no todos los días están llenos de alegría. A veces se asoman la tristeza, el enojo, el miedo o la ansiedad. Y eso también está bien. Hay que darles espacio.
No se trata de fingir que la vida es color de rosa, sino de darle voz a cada emoción, reconocerla y decidir, desde la conciencia, cómo queremos responder ante lo que nos sucede.
Siempre quise tener un diario que no solo fuera funcional, sino también bonito a la vista. Uno que se viera bien en mi mesita de noche, junto a mi vela de Zara Home y la plantita que tengo como adorno.
Fino. Funcional. Con presencia.
Por eso pensé en un diseño clásico, elegante y minimalista, que transmitiera serenidad, buen gusto e introspección.
Opté por un formato grande A4 (8.5 x 11 pulgadas), con páginas amplias y una plantilla simple, sin distracciones, que invita a escribir con amplitud, enfoque y honestidad.
El tono café con toques dorados evoca esos libros antiguos que guardaban siglos de sabiduría entre sus páginas —auténticos tesoros que se abrían con asombro, intención y calma.
Y eso es precisamente lo que busco transmitir con este diario: un espacio que combine intencionalidad, propósito y profundidad.
Otra cosa que me hubiera gustado de los diarios de gratitud que probé es que incluyeran pausas semanales: páginas especiales que, al terminar cada siete días, te invitaran a detenerte, mirar atrás y reconocer todo lo bueno que ocurrió durante la semana.
Pero también quería que esas pausas fueran una oportunidad para identificar descubrimientos personales, aprendizajes consolidados y nuevas intenciones hacia la mejor versión de uno mismo.
Porque hay semanas llenas de motivos para agradecer, y otras en las que la vida nos regala más bien lecciones disfrazadas de retos o dificultades.
Semanas donde las emociones pesan más, donde algo duele o no sale como esperábamos… y, aun así, hay aprendizaje en todo eso. Algo nos quiere decir la vida a través de esas experiencias, y también merecen tener su espacio.
Los fracasos y los retos que nos pone la vida son, al final, los mejores maestros para alcanzar el éxito y crecer desde la conciencia.
También me hubiera encantado que los diarios de gratitud ofrecieran ideas para llevar la gratitud más allá de las páginas: de lo escrito a lo vivido, de la reflexión a la práctica.
Porque agradecer no debería quedarse solo en palabras, sino transformarse en gestos, acciones y una conexión más sana, fructífera y genuina con los demás.
Por eso decidí incluir, al final de cada semana —dentro de la página semanal— retos y ejercicios prácticos diseñados para ayudarte a expandir ese sentimiento transformador de gratitud hacia otras personas, o expresarlo de maneras distintas a la escritura.
Como dijo el escritor y orador motivacional estadounidense William Arthur Ward: “Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo.”
Quizá este punto no es del todo único —muchos diarios incluyen frases inspiradoras—, pero en este caso me incliné por una combinación intencionada y equilibrada de frases, afirmaciones y recordatorios diarios que no solo inspiran, sino que mantienen la mente en un estado constante de receptividad y gratitud.
Cada frase, afirmación o recordatorio fue elegido con propósito: para elevar la frecuencia, sostener el hábito y ayudar a cada persona a reconectarse con su mejor versión.
Basta con dedicar entre 5 y 10 minutos al día para agradecer 3 cosas, registrar el estado de ánimo y anotar una reflexión personal si la hay.
Es un pequeño ritual diario que puede sostenerse en el tiempo, especialmente cuando se practica en ciclos de 90 días: el periodo ideal para instaurar un hábito sin que se vuelva abrumador, monótono o repetitivo como ocurre con otros diarios.
Los apartados de fecha son abiertos, para que cada persona decida cuándo comenzar su propio ciclo. Así, el diario puede repetirse, reimprimirse o readquirirse cuantas veces se desee.
No todos los días tienes frente a ti la oportunidad de realizar una pequeña inversión y generar una enorme transformación en tu vida.
¿A qué me refiero?
☕ Un café grande con postre en Starbucks.
🍔 Una comida rápida en McDonald’s o una pizza para llevar.
🚗 Un viaje corto en Uber o DiDi.
🍻 Dos o tres cervezas en el bar.
🎬 Una suscripción básica a Netflix, Amazon Prime o Disney+.
🍫 Dos o tres snacks “gourmet”.
Por menos de $10 USD —lo mismo que cuesta cualquiera de esos pequeños placeres momentáneos— puedes regalarte una herramienta con el poder de transformar tu mente, tu energía y tu forma de ver la vida.
A diferencia de esos gastos que se desvanecen, este Diario de Gratitud deja una huella real y permanente en tu bienestar mental, emocional y espiritual.
Y no, no es un diario más. Es una experiencia cuidadosamente diseñada para reconectarte con lo que ya tienes, elevar tu frecuencia y manifestar una vida más plena y abundante, día tras día.
No hay mejor prueba que la experiencia de quienes ya lo han vivido.
Ellos también comenzaron buscando una forma sencilla de reconectar consigo mismos y con todo lo bueno que los rodea.
Hoy, su práctica diaria de gratitud se ha convertido en un ritual transformador:
Si ya te decidiste a invertir en tu crecimiento personal a través de esta herramienta y experimentar todos los beneficios de la gratitud, aquí tienes las 2 formas de adquirir tu diario.
Ambas versiones (la descargable y la física) ofrecen el mismo contenido y la misma experiencia transformadora. Así que puedes escoger la que sea más conveniente para ti.
Descárgalo en PDF hoy mismo, listo para imprimir y encuadernar en la papelería de tu preferencia. Recibirás una pequeña lista de recomendaciones de impresión (tipo de papel, encuadernado, formato, etc.) para que quede bonito y funcional.
Ideal si vives en Latinoamérica o en países donde Amazon no cuenta con centros de impresión KDP, ya que así evitas costos de envío e impuestos de importación.
Perfecta si vives en Estados Unidos o España.
Tu diario será impreso en tapa blanda bajo demanda y enviado directamente desde los centros de distribución de Amazon KDP, con envío rápido, sin tarifas de importación y ese inconfundible aroma a libro nuevo que tanto inspira a escribir.
A veces no necesitamos cambiar de trabajo, de ciudad ni de rumbo. Solo necesitamos cambiar nuestro enfoque.
Mi Diario de Gratitud es una herramienta práctica para aprender a identificar lo que realmente importa, abrazar el presente y desarrollar la capacidad de ver lo bueno incluso en lo más simple —eso que tantas veces damos por sentado.
Con tan solo dedicar de 5 a 10 minutos al día, escribiendo con puño y letra, puedes disfrutar de los beneficios de la gratitud, transformar tu manera de ver la vida y elevar la frecuencia desde la que piensas, sientes y atraes.
Y lo más hermoso es que no necesitas nada más que un bolígrafo, tu atención plena y el deseo genuino de reconectar contigo a través de la gratitud y la reflexión consciente.
Porque agradecer no cambia lo que tienes, cambia la forma en que lo ves. Y cuando cambias la forma en que ves las cosas, también cambia lo que atraes. Así, poco a poco, descubres que todo lo que agradeces comienza a multiplicarse.
Si tienes dudas, puedes escribirme a contacto@mayneza.com —estaré encantada de ayudarte 🙂
