Renunciar a tu trabajo. Un tema que se está poniendo muy de moda en el mundo del emprendimiento y de los coachs de desarrollo personal.
Hace poco me mandaron un mensaje preguntándome que cuál era mi perspectiva sobre el tema y dije “pues vamos a hablar al respecto, ¿por qué no?”.
Mi perspectiva es que si estás en un trabajo que te gusta, que te hace mejor persona y que es un buen complemento para tu vida, ¿entonces cuál es el punto de dejarlo?
Pero ahora, la controversia es más bien para aquellos que se sienten como encarcelados en su trabajo actual de 9 am a 5 pm, que les aburre enormemente, que odian, o que solo les trae toneladas de estrés.
Te voy a decir lo que pienso: no viniste a este mundo para pasar la mayor parte de vida –y de tus días– en un trabajo que no te haga sentir pleno y feliz como persona.
No quiero que cuando te retires veas en retrospectiva tu vida y esté llena de arrepentimiento, de los famosos “hubieras”, de oportunidades no aprovechadas. Simplemente no quiero eso para ti.
Y la verdad es que yo en este tema trato de ser muy empática y sensible, porque muchos coachs y especialistas de desarrollo humano lo dicen como muy fácil, ¿no?: “Si no te gusta tu trabajo, renuncia. Sí, mañana mismo. Renuncia.”
Pero yo he estado en tus zapatos y sé lo que es sentir esa incertidumbre y ese miedo a renunciar y no poder encontrar una fuente de ingresos alterna que cubra los gastos y las cuentas.
Tranquilo, tranquila. Yo sé lo que sientes y lo entiendo. Pero si no estás contento en tu trabajo actual, tenemos que poder encontrar la mejor opción para ti. Una alternativa que no sólo te genere ingresos, sino que realmente ames y te haga levantarte con una sonrisa todas las mañanas.
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Así que antes de que le digas adiós a tu trabajo actual, mi recomendación es que comiences a preparar el barco para tu nueva aventura y que cuando dejes ese trabajo, todo esté listo para zarpar hacia tu nueva aventura.
Ya sea que simplemente quieras cambiar de trabajo o emprender tu propio proyecto, tienes que empezar a hacer que eso pase. Sí, ahorita. Comienza a preparar el terreno y eso te dará mayor tranquilidad y paz mental que renunciar y sentir que estás a la deriva. Ten un plan B, que en cuanto salgas, se convierta en tu plan A.
Esto a mí me ha ayudado mucho. Yo por ejemplo en estos momentos estoy en un trabajo de tiempo completo, al que en un punto cercano renunciaré. Y no estoy renunciando porque lo odie como tal, sino porque prefiero dedicar la mayor parte de mi tiempo –y de mi vida– a algo que tenga un mayor impacto a mi alrededor como la creación de contenidos de desarrollo personal.
Pero mientras… pues mientras mantengo mi trabajo actual estoy a la vez desarrollando mi proyecto personal. Estoy sentando las bases. Estoy planeando, organizando y aprendiendo. Estoy comenzando a mover la aguja hacia donde quiero ir. E incluso, estoy comenzando a ver pequeños ingresos por aquí y por allá que me hacen pensar que puede ser un buen camino para vivir haciendo lo que amo.
Y no te voy a mentir. Claro que esto ha implicado sacrificios: termino de trabajar y en vez de relajarme y ver Netflix, grabo un podcast o escribo un post. O dedico parte de los fines de semana a nutrir mi propio proyecto. Estoy ahorrando casi la mitad de mi sueldo para poder mantenerme mientras mi proyecto despega. Y así me podría seguir… Pero te juro te cambia toda la perspectiva comenzar a moverte hacia la dirección que quieres ir.
Quien quiere, encuentra medios, quien no, excusas.
Comienza a mandar tu CV a las empresas en las que te gustaría trabajar e invierte tiempo en mejorarlo (si es un tema que te interesa, puedo escribir un post al respecto. Sólo escríbeme en los comentarios de esta publicación).
O si quieres emprender tu propio negocio, bueno pues comienza a hacer un plan de negocios, desarrollar la marca, buscar inversionistas o financiamiento, aprender sobre el tema…
Otra alternativa es comenzar a crear diversas fuentes de ingresos.
¡El punto es hacer algo! Comenzar a mover la balanza.
No te quedes en un trabajo miserable solo por el dinero, el puesto o porque se ve bonito en tu CV. Mejor, busca la manera de hacer dinero haciendo algo que disfrutes. Y quizá al inicio no hagas la misma cantidad de dinero que te da tu trabajo actual porque estás empezando.
Y está bien, no tienes que tener una casa más grande o un mejor coche todo el tiempo. Me gusta mucho una frase de Dave Ramsey que dice:
Trabajamos en trabajos que no nos gustan, para comprar cosas que no necesitamos, para impresionar a gente que no nos cae bien” –Dave Ramsey
¿Es ridículo?
Pero cuando disfrutas lo que haces, sin darte cuenta, trabajas mucho más, trabajas mucho más duro y ni siquiera lo sientes como un trabajo porque lo amas. El tiempo pasa volando. Y como resultado de todo esto, te vuelves aún mejor en eso. Y luego te conviertes en EL mejor en eso. Y a la larga, ¿qué crees? ¡Eso es lo que reditúa más que ninguna otra cosa!
No conozco a ningún millonario que odie lo que hace. Va de nuevo: A la larga, la pasión por lo que haces, es lo que mejor reditúa.
Pero antes de que llegues a ese punto, pues claro que tienen que haber ciertas piezas clave en el rompecabezas como el esfuerzo, la dedicación y la adaptabilidad; entendiendo esta última como la habilidad de iterar, aprender de los errores y adaptarte a las necesidades del mundo actual.
Está bien. Está bien hacer una pausa en tu impecable historia laboral para convertirte en la persona que siempre has querido ser y vivir la vida que mereces. Porque si no lo haces ahora, ¿entonces cuándo?
A mi lo que me pasa es que yo no me arrepiento de lo que intento y que no sale a la primera, pero de lo que sí me termino arrepintiendo siempre es de ni siquiera haberlo intentado. De eso siempre como que me queda la espinita, ¿ya sabes?
Y si tienes familia, también entiendo que no es tan fácil dejar un trabajo por la estabilidad económica que éste representa. ¿Pero qué crees? Si tus hijos te ven quedarte en un trabajo que odias, ¿qué crees que van a hacer ellos cuando sean grandes? Van a asumir que esa es la forma en que el mundo funciona y que, pues ni modo, así es como debe ser. ¿Quieres eso para ellos? ¿No preferirías que te vieran vivir una vida plena haciendo lo que amas para que puedan crecer y hacer lo mismo?
A veces, sin que te des cuenta, permanecer en un trabajo que no te gusta solo por no “perder ese dinero seguro”, tiene como costo de oportunidad que no estás emprendiendo algo que te podría dar incluso mucho más dinero haciendo algo que realmente te guste.
Y si te late más el mundo del emprendimiento y quisieras encontrar un negocio o proyecto con sentido que vaya alineado a lo que eres bueno haciendo, a lo te apasiona, a lo que el mundo necesita, y a lo que puedes monetizar, entonces no te pierdas el siguiente post donde hablaré justamente sobre este tema que también me han pedido mucho.
Si quieres mandarme tus comentarios, sugerir nuevos temas a tratar, o simplemente platicar puedes encontrarme en Instagram como @mayneza. Y la verdad es que comparto contenidos muy padres y útiles que te pueden servir y guiar en el viaje hacia tu mejor versión. Así que pues si me quieres seguir pues perfecto jaja
Volviendo al tema principal, te invito a que construyas la vida que te mereces, no la que te tocó. Porque no naciste para pagar las cuentas y morir. Naciste para vivir una vida que para ti tenga sentido y que a ti te haga feliz.