Alcanzar tus metas y objetivos. Seguramente ya has leído o escuchado algo al respecto, ¿cierto?
Pero, ¿realmente te ha funcionado lo que has intentado?
Puede que sí, puede que no. En cualquiera de los casos te aseguro que hay un aspecto que funge como el motor principal. Y aunque probablemente no lo hayas concientizado como tal, es verdaderamente determinante.
Si aprendes a implementar este método tal y como te lo explicaré, ten por seguro que esos sueños que tienes en mente dejarán de ser sólo eso y se convertirán en realidades de las que podrás disfrutar más adelante.
Que tienes que ser talentos@, que tienes que tener recursos, que tienes que tener una educación de calidad, contactos influyentes… es lo que seguramente ya has escuchado. Claro… lo típico. Pero déjame decirte que estos factores ni siquiera definen lo que eres, ni lo que puedes llegar a ser.
Si no te has convertido en la persona que te gustaría ser, descuida, no ha sido tu culpa. Hay mucha información allá afuera y cuesta saber discernir cuál es la información verdaderamente útil de la superficial y que no te llevará a ningún lado.
Sé lo que estás pensando: Mayneza, ya no le des más vueltas, ¡a lo que vamos! ¿Cuál es ese método?
Está bien, está bien.
El método consiste en enamorarte del proceso incluso más que de la meta en sí.
¿Qué?, ¿cómo es eso?
Te explico.
Generalmente, cuando queremos cumplir algo nos enamoramos más del premio, o en otras palabras, de lo que sucederá como resultado de alcanzar dicha meta.
Un ejemplo muy simple: Ana.
Ana desea tener el cuerpo de sus sueños y bajar unos cuantos kilitos para verse y sentirse mejor. Lo que le llama la atención es esa imagen de sí misma luciendo bien, recibiendo cumplidos por su aspecto y gozando una vida saludable.
Pero… la parte “fea” de esta meta es lo que le costará llegar a conseguir esa silueta de ensueño. Tendrá que dejar los adorados pasteles, los suculentos dulces y esas deliciosas pizzas que la acompañaban mientras veía su serie favorita. Además, todos los días a las 6 am tendrá que ir al gimnasio y sudar la gota gorda haciendo aburridas series repetitivas en los aparatos. Y a esto agreguémosle que habrá tentaciones en el camino. ¿Cómo decirle que no a esa cervecita o a ese pastel de zanahoria?
¡Eso es precisamente a lo que me refiero!
Generalmente, odiamos el proceso que implica alcanzar cierta meta. Literalmente: lo sufrimos. Y si lo sufres, lo terminarás abandonando. ¿No te ha pasado?
Si te enamoraras del proceso que conlleva cumplir tus sueños, no habría razón alguna para rendirte o crear excusas por las que no se terminó cumpliendo.
Probablemente te estés preguntando: ¿pero cómo me puedo enamorar del proceso?
¡Excelente pregunta!
Y ahí está la ciencia de este método.
Primero te quiero compartir un dibujo que lo escenifica mucho mejor y ya después te lo iré explicando.
Puedes guardar esta imagen o el artículo en tus favoritos para consultarlo cuando lo necesites.
1. Define una meta realmente trascendente para ti
Empecemos por la parte superior del dibujo: una meta que responda a tu propósito de vida o a tu “razón de ser”.
Si es una meta que no percibes como importante o trascendental en tu vida, definitivamente perderá relevancia y terminarás por abandonarla.
Si aún no descubres tu “razón de ser”, descuida. Puedes comenzar encontrando ese spot al que los japoneses llaman Ikigai:
Tan sólo piensa lo diferente que sería el proceso para alcanzar tu meta si ésta estuviera relacionada con lo que más te gusta hacer, con lo que mejor haces, con aquello que puedas remunerar, y además, con lo que el mundo necesita.
Dudo mucho que abandones el proceso. Es más, ¡lo vas a amar por que te vas a sentir mucho más pleno y feliz como persona!
Verás que el proceso incluso será más enriquecedor que cumplir la meta en sí, y te habrá hecho una mejor persona de lo que eras antes de haber emprendido el viaje.
2. Apasiónate del proceso
La pasión: el elemento que simplemente no puede faltar.
Gary Vaynerchuk lo dije mejor que nadie:
“Las habilidades son baratas. La pasión es tan, pero tan valiosa, que simplemente no tiene precio.” –Gary Vaynerchuk
Haz el proceso de tal forma que lo ames tanto como a la meta en sí.
Si no consigues que el proceso para alcanzar tu meta te apasione, estarás más bien padeciéndolo y, como ya lo comentamos, eso hará que lo termines dejando.
Si el proceso te apasiona no lo sentirás como una obligación, sino como algo que te gusta y que realmente quieres hacer.
Te sentirás como mucha más energía y entusiasmo, e incluso, perderás la noción del tiempo…
Te levantarás más temprano cada día porque no puedes esperar ni un minuto más para seguir adelante con el mismo.
Trabajarás más fuerte que nunca, pero te darás cuenta que realmente eres feliz haciéndolo. Y no en todos los casos el proceso será color de rosa, pero puedes encontrar la manera de agarrarle el gusto.
¿Cómo? Tengo esta otra publicación titulada 5 Maneras de enamorarte del proceso más que de la meta que te ayudará a llevar a cabo acciones concretas para que el viaje te apasione tanto como el destino.
Si retomamos el ejemplo anterior, ¿qué hubiera pasado si en vez del tedioso proceso de Ana, ella hubiera incluido ciertos “impulsores” en su proceso?
Un impulsor es cualquier cosa que te guste o que disfrutes y que actúe, precisamente, como un impulsor para realizar las actividades que contempla el proceso para alcanzar tu meta.
Si a Ana le gusta ver series, entonces podría condicionar ver su serie favorita sólo cuando hace ejercicio en la caminadora o en la bicicleta de spinning. Y, si de plano no puede dejar los carbohidratos en su dieta, podría crear un esquema de incentivos en el cual se premiara con un pastel los domingos solo si el resto de la semana cumplió bien la dieta.
¿Qué impulsores o mecanismos de incentivos puedes agregar a tu rutina diaria para cumplir con tus objetivos? ¡Los premios son una excelente idea!
En resumen: encuentra la forma de que ese proceso te apasione.
Repito: no debería ser un problema enamorarte del proceso si se trata de una meta que ya involucra lo que más te gusta hacer, lo que eres bueno haciendo y lo que te hace feliz como persona (tal como vimos en el punto anterior).
3. Encuentra una motivación tan poderosa que derrote a cualquier villano que aparezca en el camino
Aunque estés siguiendo tu pasión (tu Ikigai), habrán cierto días que sean un desastre y que te harán pensar en abandonar la lucha pero, como lo dijo Viktor Frank en su libroEl Hombre en busca de sentido, cuando el sufrimiento tiene detrás un propósito trascendental, puedes ser capaz de soportar cualquier cosa.
¿Te has puesto a pensar qué te motiva a cumplir ese objetivo?
Espera. La primera respuesta que vino a tu mente seguramente tiene aún más trasfondo.
En el libro Hábitos de Ricos (excelente libro, por cierto), el autor, Juan Diego Gómez, expone un ejemplo en el cual le pregunta a una socia de su programa Invertir Mejor sobre cuál era su motivación para hacer más dinero, a lo cual la mujer respondió: “mi principal motivación es mi hija”. Y aunque esa motivación no estaba mal, el autor la invitó a ser más específica: “Mi principal motivación es que nada le falte a mi hija, que tenga excelente educación y todo lo que necesita”. ¡Mucho mejor! Pero aún le faltaba formular la visión de tal forma que lo decretara como afirmación y no como un deseo: “Lograré que mi hija siempre cuente con la educación y calidad de vida necesaria para que su desarrollo intelectual, emocional y físico sea excelente y de altísimo nivel y para que sea una buena persona”.
En Hábitos de Ricos, Juan Diego Gómez te guiará para conseguir la libertad financiera a través de innovadoras ideas que te podrían estar generando ingresos pasivos. Además, revela la clave para generar riqueza haciendo algo que te haga sentir pleno y feliz como persona.
Al hacerlo afirmativo y poner énfasis en que lo material sea para un fin humano, superior y que sirva a los demás, la meta se está conectando con un “para qué”: un propósito alto y noble; mucho más avanzado e motivador que un simple “quiero hacer más dinero para poder comprar todo lo que desee”.
Otro ejemplo que pone el autor es, en vez de decir algo como “Deseo viajar con mi familia por Europa en un futuro” sería más apropiado plantearlo así: “Viajaré con mi familia por Europa en julio entrante, en primera clase, y tendremos las mejores vacaciones que jamás hubiéramos soñado.” Entre más específico, mucho mejor.
Nunca subestimes el poder de la Programación Neurolingüística (PNL): decretar con palabras afirmativas lo que lograrás.
Repítetelo las veces que sea necesario hasta que quede tatuado en tu ser. El pensamiento y el lenguaje son las cosas más poderosas que tienes para cambiar tu realidad de manera positiva, pero si no los manejas bien se convierten en las armas más letales de tus aspiraciones y sueños.
Hagamos un ejercicio rápido:
Cierra los ojos.
Imagínate cumpliendo tu próxima meta.
¿Cómo te sientes?, ¿cómo te ves?, ¿qué hay a tu alrededor?, ¿quiénes están ahí?
Dibuja o escenifica esa imagen y colócala en algún lugar que veas a diario. Debajo, escribe tu objetivo de forma afirmativa (como los que vimos anteriormente) y dilo en voz alta diario.
Visualizarte constantemente cumpliendo esa meta hará que te enamores del proceso, pues cada día tendrás en mente esa razón por la cual emprendiste ese viaje para conseguir lo que tanto anhelas.
El problema por el cual no suelen cumplirse las metas es porque muchas veces faltan en la vida motivaciones para eclipsar defectos, superar miedos y explotar habilidades.
Por esta razón, es importante que te asegures de que tu motivación sea aún más grande que cualquier miedo, inseguridad u obstáculo que puedas encontrar en el camino.
Enlista cuáles son tus miedos, defectos o retos en el camino y asígnales una puntuación del 1 al 10.
Necesitarás encontrar una motivación con un puntaje de 10 para poder vencerlos.
Por ejemplo, si uno de tus mayores miedos es hablar el público y le asignaste un 7, tu motivación deberá pesar aún más y ser de 10 para que encuentres el valor suficiente para vencerlo.
Podemos tener miedos, todos los tenemos; podemos tener defectos, todos los tenemos, pero si nuestras motivaciones son lo suficientemente grandes para eclipsarlos, entonces podremos seguir adelante.
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4. Trabaja. Nada que realmente valga la pena se consigue sin esfuerzo.
Tan sencillo como eso.
Puede parecer algo obvio, pero en la práctica no tienes idea de la cantidad de personas que tienen una meta a futuro, pero que no están haciendo nada en el presente para acercarse a esa meta. En otras palabras, están totalmente desconectadas de lo que quieren lograr en el futuro y lo que están haciendo en el presente.
Tus hábitos diarios tienen que ser convergentes con la consecución de tu meta.
Recuerda:
«Lo que hagas o dejes de hacer hoy construirá la realidad que vivirás mañana.
Así que primero identifica qué es lo que necesitas llevar a cabo para cumplir tu meta.
Pregúntate todas las mañanas: ¿qué acciones concretas llevarás a cabo hoy para conseguir lo que quieres?
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Y, antes de dormirte, reflexiona sobre el impacto que tuvo dicha acción. Esta es una forma de asegurarte de que cada día constituya un nuevo escalón para llegar a tu meta.
Jack Canfield, el autor del libro Los Principios del Exito desarrolló lo que él llama «La regla de 5», que precisamente consiste en que cada día lleves a cabo 5 acciones específicas para cumplir tu objetivo. Puede parecer algo fácil o simple, pero imagínate lo siguiente:
- Escribir 5 páginas al día equivaldría a escribir 7 libros de 250 páginas en un año.
- Adquirir 5 clientes al día equivaldría a conseguir 1,825 clientes al año.
Y podría darte muchos más ejemplos, pero creo que ya entiendes la idea.
¿Cuánto necesitarás trabajar para alcanzar tu meta?
Generalmente, el nivel de trabajo que dedicarás en el proceso para alcanzarla es proporcional al tamaño de la meta o ambición que quieras cumplir.
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No esperes convertirte en el mejor atleta o en el mejor cantante sin haber dedicado el debido tiempo, esfuerzo y recursos; y haber superado diversos problemas que inevitablemente aparecerán en el camino.
“No es que sea muy inteligente. Es simplemente que estoy más tiempo con los problemas.” -Albert Einstein
¡Sal de tu zona de confort! No te conformes con resultados mediocres porque tú estás hecho para más.
Probablemente ya lo hayas escuchado antes, pero las cosas que realmente valen la pena ocurren fuera de tu zona de confort.
La zona de confort te puede dar seguridad; pero no riqueza.
Te puede dar tranquilidad; pero no progreso.
Por eso, evítala.
Véncete a ti mismo. Ponte ante situaciones incómodas, inciertas y riesgosas que exijan sacar lo mejor de ti; desarrollar talentos que ni siquiera tú sabías que podías llegar a desarrollar. Sólo así es como lograrás convertir tus debilidades en fortalezas.
¿Quieres resultados extraordinarios? Entonces sal de lo ordinario y atrévete a ser diferente, único y especial.
“Sólo la presión alta transforma al carbón en diamante.” –Juan Diego Gómez
Es triste ver cómo hay personas que por miedo a la presión o a la incertidumbre, mueren como carbón pudiendo haber brillado como diamantes.
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El precio de la comodidad, el precio de la seguridad, el precio de la certidumbre… se llama la no consecución del éxito.
Disfruta la emoción de ver que el proceso para llegar a tu meta es lo que te convierte en una persona más capaz que la que fuiste ayer; con cada vez más experiencia y convicción a medida que pasa el tiempo.
Tenlo presente: En esta historia no hay fracasos. Sólo hay triunfos o aprendizajes. Y cualquiera de esas dos opciones, sin lugar a dudas, te acercará a donde quieres llegar.
“El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas.”
5. Persevera y alcanzarás.
A todos nos ha pasado. Vamos, es algo meramente humano.
Ese momento en el que haces un alto para preguntarte: ¿realmente vale la pena seguir?
Ese instante en el que te preguntas si todo lo que has hecho hasta el momento tiene sentido o sólo has perdido tiempo y recursos en ello.
Cuando no se dan los resultados o indicadores que esperabas, entonces vienen dos opciones a tu mente: rendirte o perseverar.
Si eliges la primera, sólo quiero que reflexiones estas cuestiones:
- ¿Por cuánto tiempo has intentado lograr tu meta? Lo más probable es que te estés rindiendo muy pronto. La mayoría de gente fracasa porque no se dan cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando decidieron rendirse. Imagínate si Henry Ford se hubiera dado por vencido al quebrar su quinto negocio, pero el sexto fue finalmente Ford Motor Company, con la que se hizo millonario y cambió el mundo.
“La mayoría de las cosas importantes del mundo se han conseguido por gente que siguieron intentándolo cuando no parecía haber esperanza.” -Dale Carnegie
- ¿Te has puesto a analizar sobre lo que podrías mejorar o cambiar para lograr tus metas y objetivos? Deja que los fracasos se vuelvan tus mejores maestros de éxito. ¿Qué cosa podrías realizar de otra manera?, ¿De qué otra forma podrías llegar a esa misma meta?, ¿Qué has aprendido en el camino?
- Y, retomando el punto 3, ¿qué fue lo que te motivó a empezar? Seguramente esto es mucho más grande y poderoso que cualquier otro obstáculo en el camino. Así que no te deseperes y sé paciente con el proceso.
A cada uno de nosotros nos escogió un sueño. ¿Serás lo suficientemente valiente para seguirlo?
El camino probablemente tomará más tiempo del que esperabas y tendrá varias curvas, pero eso es precisamente lo que lo hará divertido y lo que sacará al genio que llevas dentro. Si fuera totalmente recto, te aburrirías y dormirías.
Recuerda que quien realmente quiere, encontrará un medio; quien no, una excusa.
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Los 3 libros obligados que no te dejarán abandonar tus metas y objetivos
Frecuentemente me preguntan sobre qué libros recomendaría para ayudar a las personas a cumplir sueños, metas u objetivos. Así que aquí van de una vez los 3 que a mí me han venido de maravilla:
¡Eres un chingón! de Sincero describe un conjunto de prácticas positivas que debemos comenzar a realizar para lograr nuestras metas y también nos advierte sobre las prácticas dañinas que debemos abandonar si deseamos alcanzar nuestros propósitos. Está escrito en un tono joven y bastante entretenido para leer.
¡Hazlo! de Seth Godin, el gurú del marketing y emprendimiento, aborda diversas reflexiones cortas sobre la importancia de hacer para que lleguen nuevas oportunidades. Probablemente, sus verdades te hagan sentir incómodo, pero a veces es lo que necesitamos: que nos abran los ojos, que rompan con las falsas creencias que teníamos y que nos indiquen cómo sí podemos cambiar nuestras vidas.
Hagámoslo del magnate de los negocios, Richard Branson, presenta su autobiografía platicando los diversos retos que ha encontrado en camino. Te compartirá sus propias reglas de éxito y el modelo que ha utilizado para construir Virgin Group –un grupo de empresas con presencia global– y al mismo tiempo vivir una vida productiva, sana y equilibrada.
¡Enamórate del proceso y alcanza tus metas!
En resumen, si logras enamorarte del proceso como lo sugiere este método, la palabra “rendirse” no estará más en tu diccionario. Verás que todas y cada una de tus metas se comenzarán a hacer realidad.
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